Cuando éramos chicos, el mundo era la misma mierda que ahora.
Habían choros, asesinos, drogadictos y seguro que homosexuales por doquier (aunque a éstos me los perdí por boludo). En el cole te pegaban los más grandes y la señorita de cuarto grado prefería a los alumnitos rubios. Las calles estaban llenas de basura y de depravados que podían raptarte, violarte y, aún peor, robarte sin violarte.
Todos los días, una señora cargando un bebé o un nenito que apenas sabía hablar golpeaba la puerta para pedirte algo de comer o unas moneditas. Por la calle pasaban carros llenos de bolsas de basura tirados por caballos que daban tanta pena como los que los cagaban a fustazos mientras que los Mercedes y los Audis los esquivaban a veces con paciencia, a veces con bocinazos. Las señoras del barrio malcogidas y/o menopáusicas se reunían en las verdulerías o peluquerías a comentar los últimos escándalos de conocidas con embarazos adolescentes o de esposas golpeadas y/o abandonadas. Mientras tanto, sus maridos gastaban lo poco que podían ahorrar a escondidas para pagarle a la puta o a la travesti por el pete de siempre.
La plata apenas alcanzaba, el gobierno era corrupto. Y, para colmo, sólo habían 3 canales de televisión cuya mejor oferta era Telemanías o Atrévase a Soñar.
Pero los domingos íbamos a misa.
Ahí todos éramos buenos. Incluso el gordito del curso que nos pegaba a todos y nos robaba la plata para comprarse un Tubby 3 o un juguito de durazno te daba el beso de la paz. La señorita de cuarto grado tenía el pelo sujetado con un moño enorme y sonreía a todos los padres de sus alumnos, aunque estuvieran mal vestidos o no fueran rubios. El verdulero del barrio, que debía más alquiler que Don Ramón, estaba ahí bañadito y perfumado, con cara de respetuoso empresario.
Habían vecinos que se odiaban hacía años, cuñadas que vivían cuereándose mutuamente, hermanos que pensaban cagarse la herencia, pero ahí estaban, haciendo filita en el confesionario o sentados con cara de humildes mientras escuchaban (reprimiendo bostezos) que Jebús nos amaba a todos.
Era un momento en la semana para sentirse bueno. No para serlo, porque tampoco lo éramos durante la semana. Pero los domingos a las 8 de la noche (o a las 9 de la mañana, para los que madrugaban) nos sentíamos todos buenos.
En la Iglesia, aprendíamos a fingir que éramos buenos. Aprendíamos que podíamos hacer cualquier cosa, total después nos confesábamos o, simplemente, íbamos a misa con cara de humildes y el cura nos decía que estaba todo bien. Aprendíamos que podíamos estafar, denigrar, despreciar, humillar, defenestrar, odiar y hasta exterminar a todo aquello que no fuera normal, o sea, católico. Y hasta incluso podíamos hacerlo con algunos católicos, porque hay católicos blancos y católicos negros, católicos con Mercedes y católicos con sulqui, católicos heteros y católicos putos.
Sí, hay católicos putos.
Tienen hasta páginas web así que pueden googlearlos si no me creen.
Así es, existe una especie de línea o corriente de pensamiento (ejem!) dentro de la gran corriente de pensamiento católico (ejem! ejem!) cuyo principal postulado es que se puede ser católico y homosexual. Acá hay que distinguir entre los cristianos gays y los católicos gays. Los cristianos gays rechazan a Roma pero no a la Biblia, por lo cual serían una especie de secta protestante más, con toda la validez o invalidez que eso supone.
Pero los católicos gays son personas que dicen ser católicas y homosexuales a la vez a pesar de que la institución de la iglesia católica considera a la homosexualidad como un pecado y rechaza al homosexual.
¿Cómo concilian ese problemita? En primer lugar, usan la hermosa y gastada frase de “Dios ama al pecador y odia al pecado”. Es decir, está mal ser homosexual pero no hay que enojarse con los homosexuales ni despreciarlos sino ayudarlos a que se deshagan de esa horrible mácula. Por lo tanto, un católico (o, también en este caso, cristiano) puto no es más que un pecador que debe luchar contra su perversa bestia interior y arrepentirse de su pecado, igual que un católico (o cristiano) ladrón o un católico (o cristiano) asesino.
Un pecador puede salvarse y convertirse en cristiano con todas las letras si se arrepiente de su pecado y no vuelve a cometerlo nunca. Por lo tanto, un católico puto es una especie de “proyecto de católico” o un puto “en vías de ser católico”.
Por supuesto, todo parte de la base de que la homosexualidad es un pecado. Para alguien que disfruta a pleno su sexualidad (homosexual o no), todo lo anterior no tiene sentido y parece un argumento típico al que se aferraría un amargado, un enfermo o un fracasado. Pero, para aquellos que viven con pesar su sexualidad, todo lo anterior tiene sentido y la homosexualidad se vive como un pecado ya que es una práctica sexual sin fines procreadores.
Pero ¿cómo sabemos que algo es un pecado? Teóricamente, un católico verdadero, para saber qué es un pecado y qué no lo es, debería consultar la Biblia. Y resulta que en el Antiguo Testamento hay un par de frases de mal presagio sobre los hombres que se acuestan con hombres. Quizás parezca poco, pero ahí está. La Biblia considera pecado a la homosexualidad. O, al menos, promete el infierno para los hombres que se acuestan con hombres. Por lo tanto, para alguien que cree que la Biblia es la palabra de Dios, (es decir, para un católico) no deberían haber dudas: si te la comés, te vas al infierno.
A menos que tengas tiempo de arrepentirte, claro.
Pero, para algunas personas (por no decir el 85% de la población mundial, si tenemos en cuenta los datos del Anuario Pontificio del 2010) lo que diga o no diga la Biblia importa tanto como lo que diga el horóscopo de un diario chubutense. Claro que ésto, a un católico verdadero debería tenerlo sin cuidado. Los católicos verdaderos deberían dejar de lado todas las estadísticas y centrarse en lo que diga la Biblia (así y todo, hacen estadísticas y razonamientos lógicos para explicar la fe). Pero a los católicos putos, obviamente, la sóla lectura de la Biblia no les alcanza, entonces, además de reinterpretar de mil formas diversas los pasajes homofóbicos del Antiguo Testamento y de resaltar toda frase bonita que haya dicho Jesús en favor de los miserables y los desvalidos, se dedican a crear una nueva forma de clasificación de pecados. Es decir, crean una nueva religión, aunque proclamen seguir perteneciendo a la Iglesia Católica.
Teniendo en cuenta que cientos de ladrones, estafadores, asesinos, violadores, secuestradores, abusadores de menores, terroristas, etc., van a misa cada domingo y se cuelgan un crucifijo del cuello con todo orgullo, nadie debería sorprenderse de que un puto, tan pecador como todos esos, haga lo mismo.
Pero a mí sí que me sorprende.
La Iglesia Católica ha luchado contra los homosexuales con todos sus recursos desde, aproximadamente –y con toda seguridad-, el siglo XI. Ha sido la principal responsable e instigadora de torturas, asesinatos y privaciones de derechos para los homosexuales en Occidente. Y lo sigue siendo, como quedó clarito hace unos meses en Argentina con el debate previo a la promulgación de la ley del matrimonio igualitario.
Y así y todo, existen decenas de locas pelotudas que ponen “católico” cuando en un perfil le preguntan la religión.
Claro que si te ponés a hablar con algún católico puto y le preguntás cómo puede ser católico si la Iglesia Católica lo rechaza, te sale con que “no, porque una cosa son mis creencias y otra cosa son las de la Iglesia”.
¡Y claro que sí, loca boluda! Tus creencias son una cosa y las de la Iglesia Católica son otra. Vos creés que te la podés comer y Dios te sigue amando, la Iglesia Católica cree que si te la comés merecés el infierno. Por lo tanto, no digás que sos católica. No les des tu nombre para que te cuenten dentro de los 1.166 millones de bautizados que –de nuevo, según el Anuario Pontificio de 2010- existen en el mundo.
Ya es un escándalo que en un mundo 6 billones de personas exista una institución que quiera imponer su doctrina al mundo entero cuando esa institución sólo está conformada por 1 billón de personas (si es que querés creer en el Anuario Pontificio, aunque si creés en la Biblia no te va a costar mucho). Pero sería aún más escandaloso si todos los putos pelotudos que se bautizan y dicen ser católicos dejaran de prestar su nombre y su apoyo, moral o económico, a la institución que los persigue y les coharta sus derechos como ninguna otra.
Hace casi medio siglo que la Iglesia Católica está inmersa en la peor crisis de su historia. No sólo han perdido fieles sino que cada vez menos gente quiere ser cura o monja o hacer un seminario. Y lo peor, cada vez pierden más plata y hasta peligran las subvenciones estatales que tienen en el tercer mundo (que supongo les durarán lo que les duren las escuelas que tienen en barrios marginales). Nadie, salvo alguna vieja boluda de algún pueblo perdido, se siente identificado con los valores e ideas que pregonan. Políticos, artistas, filósofos, científicos de todas las líneas y nacionalidades consideran al catolicismo –en el mejor de los casos- como un resabio medieval o un estorbo social.
Pero ahí están todas esas locas que, a pesar de todo ello, siguen repitiendo como zombies carcomidos que son católicas.
Y estoy convencido que la explicación está en que, cuando éramos chicos, putos y heteros íbamos a la Iglesia a jugar que éramos buenos.
El cristianismo pegó en el Imperio Romano y se impuso sobre cualquier otra doctrina porque apeló a los miserables, a los rechazados, a los últimos. Les dijo a los pobres que no estaba mal ser pobre y que algún día tendrían todo lo que tenían los ricos. Les dijo a los últimos que los últimos serían los primeros. Llevó unos cuantos siglos convencer a suficiente gente (y a algunos no terminaron de convencerlos nunca) como para crear una institución y empezar a cobrar impuestos a cambio de promesas y currar en serio. Pero, finalmente lo lograron y estos santos preocupados por la miseria humana acumularon suficiente oro como para alimentar a toda Africa durante un año o más.
Ahora es cierto que lo están perdiendo todo. Pero en estos tiempos de crisis es cuando más se nota la verdadera fuerza que tienen: apelan a la miseria, a la humildad, al deseo de sentirse bueno. Y con eso consiguen que un montón de locas necesitadas de afecto, de contención y llenas de ganas de sentirse buenas se proclamen católicas, sólo porque cuando eran chicas, los papis las llevaban a misa y se sentían buenas.
Y, como siempre, lo que importa no es ser bueno, sino sentirse bueno. No importa que realmente te preocupe lo mal que anda el mundo, lo importante es que los vecinos te vean preocupándote.
Así y todo, cuando se sienten un poco dudosas de su postura, las locas católicas saltan con su último manotazo de ahogado “Bueno, pero la Iglesia hace cosas buenas también. Mirá la Madre Teresa sino”.
Y sí. Seguramente, la Madre Teresa era muy buena. También habían, seguramente, nazis muy buenos que dejaron escapar a algún nenito de la cámara de gas o que le dieron de comer a alguna judía o gitana vieja que se estaba muriendo en las ruinas de su casa. Pero el nazismo siguió siendo el mismo: una doctrina que predicaba la intolerancia, la opresión del débil y la aniquilación de lo diferente. Es decir, una doctrina del mal. Y por muchas Madres Teresas que hayan, el catolicismo seguirá siendo la misma doctrina intolerante, maléfica, hipócrita y homofóbica que fue desde siempre.
Que el cura de la parroquia a la que ibas de chico o la monja que atendía la cantina de tu colegio hayan sido excelentes personas no justifica en absoluto que la Iglesia Católica predique la intolerancia y utilice sobornos y amenazas para influir en la legislación de tu país de modo tal que tengas que vivir humillado y perseguido y, por si fuera poco, sientiéndote pecador.
Por suerte, hoy nadie va a misa, sólo los viejos y algún que otro boludo de mi generación. Pero las nuevas generaciones van a crecer más libres que la nuestra, van a estar menos impregnadas de ese veneno que nos metieron a nosotros desde chicos que nos hace repetir casi con inercia “católico” cuando alguien nos pregunta de qué religión somos.
Probablemente el mundo siga siendo la misma mierda que es y fue siempre, pero al menos, para los que hoy tenemos alrededor de 30 años, es y será un placer ver a la Iglesia Católica decaer y arder como la Babilonia del Apocalipsis.
BUENÍSIMOOOOOOOOOOOOOO! Y por suerte tenés razón, mi generación y las próximas generaciones estamos ayudando a terminar con ese Imperio torturador, discriminador e hipócrita que es la iglesia católica.
ResponderEliminarTe dejo un beso!
Ojalá que sé mueran perros gatos de mierda
EliminarMuy buenas reflexiones, me encantaa, yo tampoco entiendo a las locas que se creen cátolicas y hasta orgullosas de serlo, no hay que darles ni un peso porque todo lo que tienen lo usan para lavar el cerebro a las masas.
ResponderEliminarPareciera cuasi una coincidencia, ayer borre la palabra " católico" del perfil de Facebook, lugar que en la actualidad, es mas que representativo en las relaciones cibernéticas, y sociales no virtuales. Eso si, me quedo la duda de borrar la palabra " cristiano" .
ResponderEliminarAhora me pregunto ¿Que católico te inspiró tal texto?
Otra cosa, me gusto el proceso histórico de la expulsión social.
Chinga atu perra madre papa Francisco
EliminarSe me cayó una lágrima al leer la última línea T_T
ResponderEliminarNos encanta ver eso :)
El tema es super controvertido, Rubio. Tendríamos que partir de la base de que ante los "ojos" de la Biblia, que es la palabra de Dios, todos somos pecadores, por lo que sea. Porque como bien indica "el Buen Libro" (y muuuuchas otras religiones), no sólo se peca con la palabra y el accionar, sino también con el pensamiento. Por ende, un católico que se imagina una concha que no es la de su esposa estaría siendo impío, perverso y lascivo, entre otros pecados, y si por ejemplo, usara "la concha de su hermana" como un insulto, tendríamos una lista de unos cincuenta pecados diferentes, más o menos. La Biblia inclusive dice que "los niños desobedientes deben ser destruidos" y que "sólo los machos pueden atravesar las puertas del Cielo", con excepción de la Virgen María, a quien Jesús "hizo macho" (no me pregunten cómo).
Entonces... no son sólo los putos católicos los que se consideran católicos estupidamente a pesar de que la Biblia los condena, sino TODOS LOS CATÓLICOS Y CRISTIANOS DEL MUNDO. Quien lee la Biblia con antención, se da cuenta de que no se salva nadie. NADIE, todos se van al Infierno por "A" o por "B". Entonces, teniendo en cuenta lo que decís, todos los católicos y cristianos son unos pelotudos... ¡y probablemente lo sean! Jaja, pero en realidad, lo que los católicos y cristianos más progresistas han intentado hacer en los últimos años es ir descartando las partes que les parecían más descabelladas para poder vivir un poco más humanamente y no querer acercarse tanto a Dios como la Biblia indica que debe hacerse, ya que tras siglos de golpearse la cabeza contra la pared de la Naturaleza y la Razón, descubrieron que es imposible. Y si eso no funciona, claro, siempre se puede ir a pedir perdón al confesionario.
De modo que los más progre, como decía, empezaron a considerar como una huevada estas pelotudeces de los niños desobedientes que deben ser calcinados y la Madre María como un macho, por una cuestión de lógica. Y los que son todavía más progre, se animan a considerar como una huevada a las partes que condenan a sodomitas y afeminados para lograr una Iglesia más universal y solidaria. Es una religión que quizás para nosotros no tenga mucho sentido, pero para los católicos y cristianos lo tiene y es cosa de ellos.
El problema con la Inglesia es la influencia y el poder que tiene, y cólo lo utiliza para joder a la gente a la que le chupa un huevo lo que diga. Siempre y cuando se dejen de joder al resto, serán respetados, pero por el momento, las críticas y las acciones colectivas en su contra surten efecto en Roma y los cimientos de la Iglesia se desmoronan deliciosamente. Yo qué sé... a mí me parece que si a ellos les hace bien, no tienen por qué no practicarla. Lo que no me parece bien es que manipulen a los gobiernos y se encarguen de hacer sufrir a la gente, pero como dije, es cuestión de tiempo para que eso se termine. Y vos decís: "Claro, pero los está condenando a diario a los putos", y sí, pero también está condenando a todos sus fieles, porque con los criterios de la Biblia, todos pecan. Hasta el Papa se confiesa, quien, dicho sea de paso, es el peor que se ha tenido en siglos. Pocas personas fueron tan diabólicas y poco conciliadoras como Benedicto en una posición en la que tenían que hacer todo lo contrario, pero bueno... no es el tema a discutir.
(Sigue abajo)
Claro que la persecusión a los homosexuales es de las más duras y uno podría considerar que son los más pelotudos, pero bueno... están empleando su energía en algo que puede parecernos una pérdida de tiempo, pero para algunas personas es importante ganarse el Cielo. Si logran cambiar a la Iglesia y la transforman solamente en un sistema de creencias que no perjudica a nadie, recibirán varios aplausos.
ResponderEliminarCabe aclarar que no soy católico ni cristiano, no hay religión que me convenza. Para mí la sola idea de un Dios que te pide más que no joder a nadie es absurda. Un Dios que condiciona tu felicidad es un Dios de mierda. No me gusta considerarme el siervo de nadie y menos el de un ser que no puedo ver ni tocar pero supuestamente puede aplastarme en un instante... pero como decía: no condeno a la gente a la que sí le gusta.
Eventualmente, la religión católica o cristiana va a ir modificándose hasta ser un ente más sensato y menos absurdo, menos absoluto y más "limpio", así como pasó con las leyes de los Estados, la medicina y otras cosas que son importantes para las personas y fueron cambiando con el correr de los años. La religión es la única de esas cosas que me parece obsoleta, pero hay que reconocer que a todos nos gusta "creer en algo". Lo que sea. El catolicismo y el cristianismo sólo son posibilidades ;)
Perdón por extenderme tanto: fui a un colegio católico y luché durante años contra curas, catequistas y profesores chupacirios que me decían cosas horribles y siempre me apasionó este tema, je ^^
Tommy Knocker
Rubio, una solo palabra define tu escrito: MAGISTRAL!!!!!
ResponderEliminarVos no sos de este planeta, sos superdotado. jaja
Un abrazo, desde Bs. As.
Tomy
Puta virgen de Guadalupe
Eliminarhey rubio....mmm,no se que decirte....la iglesia catolica es bastante cinica pero...debes ser sabio,no estoy a favor de dicha iglesia pero....etsas ofendiendo a las personas que creen en esa iglesia,se sabio y encuentra la manera correcta de decirlo.dilo en critica pero no seas un maldita perra.
ResponderEliminarel hecho de que la iglesia catolica decaida es sinonimo de que lacreencia en dios(en general,ninguna religion en especial)tambien va a decaer.y yo como creyente de DIOS no de religiones sino DIOS que no es lo mismo,no me gusta.se sabio encunetra el modo de decirlo,es una pena llegar a 50 años y ser una persona cuadrada.cuidate
Puta inquisición católica
EliminarPutos curas
EliminarNach: Clin!! Me hiciste sentir de tu generación!! Qué lindo!! :P
ResponderEliminarJulio: Sí, es un asco pensar que usan la plata que les dan las viejitas para financiar la discriminación en vez de comprar arroz y frazadas.
Christian: Muchos me lo inspiraron, abundan las locas católicas. Me acuerdo de un pibe hermoso con el que tuve un sexo espectacular y después, haciendo cucharita, me contó que el cura era su guía espiritual. Sentí que había dormido con Satanás.
Tommy: Veo que te toqué una vena :P. La verdad que es un tema largo. Coincido con vos en que un Dios que te condiciona la felicidad es un Dios de mierda y sólo sirve para asustar giles. El Dios del Antiguo Testamento es relamente así. El del Nuevo Testamento -al menos el de los evangelios- se parece más a ese Dios en que todos necesitamos creer, como decís vos, y que está presente en cualquier filosofía medianamente racional.
ResponderEliminarIgual, no coincido con vos en lo último. La Iglesia Católica me parece totalmente perdida frente a los cambios actuales. No creo que pueda evolucionar ni adaptarse como hizo en otras épocas. Lo que seguro le va a ocurrir es un cisma total y final o una división en varias sectas, que de hecho ya están funcionando, como esas monjas lesbianas o los curas negros.
Aunque claro, vaya a saber uno lo que ocurre al final.
Tomy de Bs As: Gracias, ya lo sabía :P
ResponderEliminarAnonimo: Si ofendo a algún católico me importa muy poco, ellos me ofenden a mí creyendo en una institución que me discrimina.
Yo ataco sus creencias con argumentos lógicos, que se pueden rebatir o no. Ellos atacan mi modo de vida amparándose en un libro armado con escritos anónimos que fueron hechos hace siglos para una sociedad que no es la mía.
Si vinieran a conocerme y, después de hacerlo, me dijeran que soy una mierda, tendrían más autoridad para decirlo. Pero prefieren repetir lo que les baja el Papa o los curas, por lo tanto, no me merecen ningún respeto y me cago en sus creencias.
Sin palabras.
ResponderEliminar100% de acuerdo en todo.
Y está muy buena la introducción, justo lo contrario al terrorismo religioso que apunta a la moral y las buenas costumbres de un pasado perdido y utópico.
Puede ser que la iglesía católica caiga, pero no creo que lo vayas a ver, va pasar mucho hasta que ardan (jojojo). La iglesia catolica es como todo lo que tiene poder y plata y contactos y acciones en Mtv, es decir Britney Spears. Puede andar medio bocharra y hecha mierda, la ves cayendo cada vez más, y después saca disco, un fono simple a Dr Luke, y se arma hold it againt me y retoma. Claa las mismas "locas" que se reian cuando tiraba paraguazos a los paparazzi y dicen: ha es una mierda esa musica yo escucho minimal tech house big beat-ambientall de diyei rodri ulloa y disk gei pao ribottril despues bailan el single de la gorda recién salido del Ares del dj de Zen cadereando para llamar la atención de algún chongo.
ResponderEliminarJajaja me gusto el sarcasmo de Guillermo. Blondo, ¿Para cuando otra reflexión? Necesito algo de tu taradez jaja...
ResponderEliminarTodo lo que vos decis son caracteristicas humanas que se repiten entre las personas sin inportar su credo.
ResponderEliminarMetes a todos dentro de la misma bolsa, hay gente de mierda dentro de la institucion y hay gente como la madre Teresa de Calcuta o el padre Farinelli que i bien no depuran los pecados de la institucion no es justo meterlos en la misma bolsa que los otros.
En tus ultimos dos parrafos dejas en claro el veneno personal que tenes hacia la institucion y ahi pifiaste, con tu burla y tu sarcasmo y con los comentarios de otros usuarios quedo demostrado tambien que no es necesario ser catolico para ser estupido, malintencionado, resentido, pedante, envidioso, cobarde y por supuesto ladron, autoritario, asesino, torturador, etc. Cualquiera puede serlo, incluso los ateos o los no creyentes.
Cabe aclarar si solo tenes en cuenta la maldad de los catolicos unicamente o de todos los seres humanos.