jueves, 27 de noviembre de 2008

Tarzán Vs. El Príncipe Azul


O las mujeres mienten asquerosamente o los gays somos asquerosamente babosos y amantes del rigor.


Pregúntenle a cualquier mina promedio que ande entre los 25 y los 40 sobre su hombre ideal. Seguro les dice: trabajador, romántico, sensible, responsable, divertido, gracioso, serio con las cosas serias, previsor, etc. Y que en lo físico se cuide pero no es necesario que sea un Adonis. En cuanto, al sexo, que cumpla y que la haga sentir querida además de satisfecha. Mejor una suave y dulce “cucharita” que un apasionado y terremotesco “perrito”.


Es decir, te describen un gay promedio (o, en su defecto, un metrosexual promedio).


Pregúntenle a cualquier loca promedio que ande entre los 20 y los 60 sobre su hombre ideal. Seguro les dice: masculino, enérgico, vigoroso, dominante, recio, seguro de sí mismo, organizado, prudente, etc. En lo físico, que tenga todos los atributos más clásicos de la masculinidad (pelos en el pecho, mentón de milico, etc) y un lomo de bueno a espectacular. Y en cuanto al sexo, que sea activo, que la tenga enorme y que los parta como un queso en todas las poses que se le ocurra.


Es decir, te describen un macho promedio.


Esto echaría por tierra la idea que muchos tienen de que los gays son mujeres atrapadas en cuerpo de hombres. Si eso fuera cierto, los gays también buscaríamos al Príncipe de la Cenicienta y no a una especie de Tarzán calenturiento.


Seguro, esto es una generalización muy grande, existen todo tipo de gustos y sexualidades como personas. Y habrá mujeres que digan “yo quiero un Tarzán” y locas que digan “yo quiero un Príncipe”. Y habrán mujeres y locas que digan “yo no quiero ninguno de los dos”.


Pero miren alrededor un poco y se van a dar cuenta que esta generalización no es desacertada. Fíjense en lo que dicen las mujeres y los gays sobre lo que buscan en un hombre. Pregúntenle a sus amigas/os, parientes, compañeras/os, etc. Lean lo que dicen buscar las mujeres y los gays en los perfiles de Internet o en el chat.


Las mujeres quieren al Príncipe y las locas a Tarzán.


¿Será que las mujeres buscan en el hombre cualidades de esposo, padre, compañero de vida, compañero de patrimonio, etc y los gays sólo buscamos un compañero de cama?


He visto, escuchado y leído cómo más de una loca dice “quiero un macho que me trate como a una perra, que me pegue, que me viole, que me haga pis encima, que me comparta con otros machos, que me tenga atado en una jaula, que me haga dormir en el suelo, que tenga que besar sus pies y lamer sus botas, etc”.

Pero jamás escuché a ninguna mujer decir que le gustaría eso de un hombre. Quizás no tengo mucha experiencia con lo que quieren las mujeres. Quizás mienten y sí desean eso y/o cosas más fuertes.


Pero, si debo creer en la evidencia que tengo, a las mujeres no les gusta ser la esclava sexual, la “perra” del hombre. Al menos, no en la forma que le gustaría a una loca.


También es gracioso ver cómo a una mujer le atrae el tipo desalineado y recio para reformarlo y educarlo y convertirlo en un modelo de Cosmopolitan mientras que a la loca le atrae el tipo desalineado y recio para conservarlo así para siempre, si es posible.


Esto también explica porqué hay tantos heterosexuales que con una prostituta, o con un travesti o. incluso, con un gay, se sienten más cómodos sexualmente que con una mujer. Con una mujer tienen que comportarse, cuidarla mucho, ser cariñosos y formales: es decir, parecerse al Príncipe Azul. Con una puta, con una trava o con un gay, el tipo puede hacer lo que se le cante y desatar a la bestia, total al otro le gusta (o finge que le gusta por plata).


Y también hay que pensar en cómo se calientan la mayoría de las locas con un tipo que tenga cualidades de “macho”. Las mujeres parecen excitarse menos con un bombero o un rugbier que con un doctor o un abogado. Las locas, en cambio, siempre preferirán al machito por más ciruja o cartonero que sea que al profesional o al empresario correctito y moderado.


Una mujer capaz se enamora perdidamente de un guitarrista desafinado, pelilargo y de pecho hundido que toque Silvio Rodríguez en un balcón o de un profesor de filosofía desgarbado y panzón que dé discursos sobre Borges o Lorca, rodeado de libros, cigarrillos y café. Una loca difícilmente encuentre sexy al marxismo o a la literatura pero probablemente se enamora del drogadicto tatuado que limpia los parabrisas en la esquina de su casa o del mecánico con mameluco siempre machado de grasa que le arregla el auto.


Ni hablar de las locas lamebotas onda Smithers. A veces me pregunto si Hitler, Mussolini, Perón, Videla y otros podrían haber ascendido al poder sin el apoyo (político, económico, electoral, intelectual, etc) que recibieron de las locas amantes del rigor. Difícil sería hacer un estudio histórico sobre eso ya que estas locas no suelen andar confesando que son locas, pero sería interesante igual.


En fin, ¿Con cuál quedarse? ¿con el Príncipe o con Tarzán? Parece demasiado dicotómico, pero es difícil encontrar un hombre que conjugue a ambos personajes en su interior y exterior.


Muchos psicólogos, sociólogos, antropólogos, médicos, cineastas, escritores y demás se la pasan despotricando contra la idea del Príncipe Azul. “El Príncipe Azul no existe” nos dicen, como si se tratara de una campaña de prevención.


¿Y el príncipe con pelos en el pecho que te trae una rosa y que te recita un poema y que se mete en tu cama y te hace gritar como gata en celo y que te arregla el radiador del auto mientras te habla sobre mitología griega y que juega al fútbol con los amigos después de salir de la clase de guitarra? ¿Ese existe?


Quizás es todo una cuestión de estereotipos que se desvanece en la vida práctica y la convivencia.


Pero eso sería todavía más triste.

martes, 18 de noviembre de 2008

Entre el orgullo y la verguenza


Toy harto de escuchar/leer a las locas decir "no tengo porqué estar orgulloso de ser gay", "no tengo porqué sentirme representado por una peluca de plumas", "no tengo porqué identificarme con un travesti, un drag, etc".

Parecen curas de parroquia de campo poniendo grito en el cielo porque vieron una teta sin querer. "La marcha del orgullo es una depravación total" dicen con el tono de una señora de Recoleta, como si tomar esa postura fuera más "masculino" que ponerse una peluca y salir a bailar sobre un carro.

Obviamente, no por ser gay uno tiene que sentirse identificado con la idea del orgullo. Pero ¿porqué esa necesidad de las locas de atacarse entre sí? ¿Porqué el gay "tranquilo", "tapado", no puede hacerse un lado y dejar que los gays "plumíferos" y "alocados" salgan a caderear en la marcha? ¿Porqué ese gay tan educado, tranqui y supuestemente "masculino" tiene que opinar mordazmente con más veneno que una vieja cuerera de barrio y tirar bosta sobre los gays que opinan o actúan diferente?

Se hacen los "tranquis" y los "buena persona" pero, si pueden, destilan veneno desde donde puedan: conversaciones formales o informales, artículos periodísticos, la radio, la tele, la internet, etc.

Y es que en este mundo, impregnado por la homofobia, los gays tenemos dos opciones extremas con una posición intermedia:

1) Ocultar totalmente la homosexualidad y fingir que uno es heterosexual. Yo intuyo que deben haber miles y miles de gays que hacen esto: fingen ser heteros en todas partes, hasta se casan y tienen hijos pero, todas las veces que pueden, se van a algún lugar oscuro y privado y se comen todas las pijas que pueden sin que nadie se entere (ejemplo de este tipo de loca es Ted Haggard, pastor cristiano evangélico en Estados Unidos que vivía condenando a los homosexuales y tuvo la mala pata de ser denunciado por el taxiboy con el que se pajeaba en la oscuridad de moteles baratos).

2) Vivir la homosexualidad de manera más o menos abierta en ambientes que lo permitan y entre personas que lo toleren. Esta opción sólo es posible en algunos lugares del mundo, principalmente las grandes ciudades y no de todos los países. Los gays iraníes o los chinos, por ejemplo, no tienen esta opción. A los gays estadounidenses, argentinos, mexicanos, españoles, etc, que viven en pueblos chicos, tampoco les resulta fácil.

3) Vivirla de manera totalmente abierta, es decir, no sólo aceptando la condición de ser homosexual sino adoptando una postura combativa ante una sociedad que nos quiere convencer de que la homosexualidad es un mal o una enfermedad. La marcha del orgullo gay surgió precisamente por y para eso: en respuesta a los maltratos que sufrían los gays por parte de la policía neoyorquina y luego se extendió como una protesta a la sociedad en general y a escala mundial (al menos en Occidente).

Es cierto que mucha gente va a las marchas del orgullo sólo a mostrarse o a divertirse pero hay que tener en cuenta que la marcha puede ser un instrumento útil para luchar contra los prejuicios sexuales y para "minorías" que no encuentran espacios de expresión en otras áreas.

Por eso, creo que muchos gays que se cubren de plumas y salen a loquear a la calle, sea en la marcha o no, están tomando una postura de lucha que me parece respetable, independientemente de las retrógradas reacciones de asco o repulsión que generan en algunas mentes que, a veces, no pueden ver más allá de su nariz ni escapar de un razonamiento homofóbico que les han inculcado de niños desde todas partes.

Siempre es más fácil no pensar, no ponerse en el lugar del otro y criticar gratuitamente. Es hasta divertido, como diría Homero Simpson. Las locas closeteras que critican a las locas destapadas se sienten quizás más "masculinas" o más "moralmente aceptables"
El problema es que, al criticar esas acciones, los gays trabajan contra sí mismos, ya que atacan y desprestigian a los mismos movimientos y a la misma gente que lucha por lograr que su país no sea como Irán, la India o Nigeria, donde los gays pueden ser llevados a cumplir cadenas perpetuas o penas de muerte.

Abran los ojos, chicas. Estar en el closet y viborear contra las demás locas no las convierte en chongos rugbiers masculinos. Quédense tragando pijas en la oscuridad si quieren y les gusta, pero al menos dejen que los que tienen ganas de luchar por un mundo mejor y más justo, para ellos y para ustedes, trabajen en paz sin tener que soportar sus comentarios de mierda de "ay, esas locas que van a la marcha son un asco".

lunes, 3 de noviembre de 2008

Zodíaco Gay (final)

Loca Sagitario


Existen muy pocas locas de Sagitario. En realidad, existen pocas personas de Sagitario, ya que es raro que lleguen a vivir mucho tiempo porque parecen empeñadas en correr la mayor cantidad de riesgos posibles en la vida, desde tomar litros de alcohol en tiempos récord a tener sexo 10 veces por noche con 10 o más tipos diferentes y, por supuesto, sin preservativo.

Se dice de las fogosas sagitarianas que adoran las descargas de adrenalina y gustan de los deportes extremos. De niñas, es común que en vez de jugar a las muñecas a escondidas, como hace cualquier loca normal, se la pasen trepadas a los árboles y correteando por ahí imaginando que son la mona chita o la mujer biónica. Pero no se imaginen que al crecer se vuelven ágiles esquiadoras o musculosas surfistas, porque para eso hace falta más la plata que la sangre caliente y las sagitarianas andan siempre sin un cobre ya que apenas tienen una moneda se compran cualquier cosa. No ahorran ni aunque les paguen para ello y además, les encanta jugar y apostar todo lo que tienen. Es común encontrarlas en casinos, aunque también les gusta apostar en la calle con los amigos y hasta con extraños, perdiendo con ellos hasta la ropa que llevan puesta, lo cual suele ocurrir en lugares públicos y, muchas veces, por otras causas. Y es que a la sagitariana le excita más tener sexo en el balcón de un depto. con un bicho fiero que estar en una lujosa habitación de motel encerrada con Brad Pitt. Es común verlas acompañadas de locas fuleras en serio, pero vestidas con tachas y cuero, cosa que invariablemente enloquece a la ya loca loca sagitario. Ella misma suele estar cubierta de tatuajes y piercings, además de cicatrices varias. Le gusta hacerse la rebelde y la insumisa, aunque nunca se niegue a lamer las botas de cuero de un buen chongo.

El símbolo de Sagitario es el centauro, un ser mitad hombre mitad caballo, por lo que suelen tener la cara medio alargada, como buena yeguas que son. El centauro simboliza, a su vez, la animalidad del ser humano, por lo que no es de extrañar que las sagitarianas sean brutas e ignorantes como estudiante argentino post-ley de educación superior. Es difícil que algo les entre...en la cabeza (salvo que sea por la boca) y consideran que estudiar o leer son enormes pérdidas de tiempo. Incluso si son muy lectoras, no dejan de sentir que podrían estar haciendo algo más productivo. Como buenas centauras, siempre tienen más ganas de salir a correr por los prados y disparar sus flechas (o mejor, ser flechadas) que de sentarse en su casa a cultivar el espíritu.

El centauro también simboliza a la libertad, por lo que jamás encontrarás a una sagitariana fiel. Tampoco encontrarás nunca una sagitariana que acepte el hecho de que es infiel. O te mienten sin mucha energía o se enojan porque les estás preguntando sobre su vida privada -cosa que ni su pareja tiene derecho a hacer- y te arman un escándalo tan grande que al final te sentís una desubicada total y jamás volvés a hacerlo. Y es que lo que en realidad les molesta es que se metan en su vida, por muy mal que la lleven.

Cualquiera esperaría de un centauro, bicho tan parecido a un caballo, que tenga una dotación asombrosa y, sobre todo, que sea activo. Sin embargo, las muy yeguas siempre preferirán que las monten. Además, incluso en el caso de que encontrés una sagitariana dotada y activa como potro salvaje, te sentirás aún más frustrada que con una yegua pasiva, porque en menos de 5 minutos habrá acabado y se habrá ido sin dejarte ni su mail. Encima, al minuto de ponértela empezará a decirte “¿Ya estás por acabar?” y se enojará si no te apurás porque está impaciente por irse trotando a buscar otra pasiva.

Arrebatadas, impacientes, animaladas y rebeldes sin causa, las locas de sagitario están locas de verdad. Regidas por Júpiter, el planeta “bueno”, suelen ser muy optimistas, incluso cuando todo les va mal. Creen que algún día ganarán la lotería y que los finales felices no son un invento de las películas yankees sino que existen en la realidad.



Loca Capricornio


Llegamos por fin a Capricornio, el tercer y último de los signos de tierra y, sin duda, el más feo de los tres. Si la loca de Tauro busca defectos para cambiarlos y la de Virgo, para molestar, la cabrona de la capricorniana lo único que hace es buscarlos para deprimirse y sentirse peor de lo que ya se siente naturalmente, dado que vive sumida en la melancolía (aunque con breves momentos de euforia mensual, cuando cobra su salario).

Regida por Saturno, el planeta “malo”, está absolutamente convencida de que es una patética loca fracasada y perdedora y que siempre lo será. Siempre se siente la última, la postergada, la peor de todas y, en muchos casos, lo es. Debido a su falta de autoestima, la capricorniana se la pasa ideando tretas para que nadie se dé cuenta de que su vida es horrible y en esto hay una variada gama de conductas que puede desarrollar, desde la mitomanía al alcoholismo. Por lo tanto, no suele ser una compañía muy agradable y en general, no tienen muchos amigos, porque encima es antisocial. Claro que esto último les cuadra justo porque nadie las quiere cerca. En general, te transmiten su mala onda y no saben lo que es dar aliento. Cuando, cada 4 años, toda la Argentina pega saltos y gritos de alegría sólo porque un futbolista multimillonario y adicto mete un gol a algún país que ni se sabe bien dónde queda, las capricornianas se quedan sentaditas y tiesas haciendo esfuerzos indecibles por, al menos, sonreír. Siempre están amargadas y al borde del llanto y cuando nacen bendecidas y no tienen razones para sentirse mal, inventan alguna.

Todo les parece increíblemente difícil y la única razón por la que no se pegan un tiro es que les gusta mucho la plata. Viven día y noche pensando en cómo conseguir plata y se la pasan escalando posiciones hasta llegar a lo más alto. Esta es una cualidad muy apreciable en las cabras, que gustan escalar montañas y vencer todos los obstáculos que hay hasta la cima. Pero incluso en la cima se sienten mal y siguen considerándose unas perdedoras, aunque no les alcance la vida para contar la plata que tienen acumulada. Es muy común ver a una capricorniana gastando fortunas en fiestas y llorando al final mientras grita: “¡Todo salió mal!”, invirtiendo petrodólares en su ropa y su cara para gritar frente al espejo: “¡Soy horrenda!”, pagando tragos a taxi-boys para gritar: “¡Ponémela vos, tarada!!”. Si bien cree que el dinero hace a la felicidad, también cree que nunca tendrá lo suficiente y seguirá escalando y escalando hasta quedarse sin pezuñas.

La capricorniana es también muy mandona y siempre quiere dirigirlo todo, aunque esté absolutamente segura de que le va a salir mal. Ella está tan convencida de que las cosas saldrán mal, de que sufrirá como condenada y que será horriblemente traicionada por aquellos en que depositó su confianza que termina por convencer a los demás de que así ocurrirán las cosas y finalmente, así ocurren. Para más datos, Jesús era de capricornio.

Así como la capricorniana no sabe disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, tampoco sabe disfrutar de las grandes, por lo que siempre está insatisfecha sexualmente. O es muy grande y le duele o es muy chica y le baila. Y si aparece la medida exacta, ella se ensancha o se estrecha a voluntad, cerrándose, como siempre, a ser feliz. Tampoco disfruta siendo activa, porque ella quiere ser pasiva con un chongo bien macho y forrado en guita, aunque el mismo mal sufre cualquier loca, sea de capricornio o no. Como toda loca de tierra, es muy carnal y encendida -o sea, calentona y ardida- y suele tener mucho sexo, pero tampoco ésto la hace feliz. Siempre cree que hay poco sexo en su vida y podría tener más (aunque también éste es un mal común a todas las locas).

La influencia del negativo Saturno las vuelve así de depresivas, melancólicas y amargadas, pero este planeta también las hace maduras, reflexivas y muy pacientes. Claro que ellas dirán que ser madura es estar vieja y hecha mierda, ser reflexiva es ser inútil y aburrida y ser paciente es ser cagona, quedada y poco intrépida. No queda otra que sentir desagrado ante una capri. Al menos, no se equivocan creyéndose las peores.



Loca Acuario


Y por supuesto, no podíamos dejar de hablar de Acuario, ya que, como muchos saben, es el signo de la homosexualidad por excelencia porque la constelación del aguatero fue relacionada desde antiguo con Ganímedes, príncipe de Troya y famosa loca de la mitología griega. Para quienes no conozcan el mito, sepan que Ganímedes estaba tan pero tan fuerte que Zeus, el mismo rey de los dioses que vivía corneando a su esposa con toda fémina mortal o inmortal, se transformó en águila y raptó al príncipe troyano llevándoselo al Olimpo para hacerlo su “copero” personal, dándole unos hermosos corceles de oro al rey de Troya para compensarl a éste por la pérdida de su hijo. Por ésto, las locas de acuario sueñan siempre con ser raptadas por algún viejo forrado en guita que se las lleve a su mansión personal y las alimente a ellas y a su familia.

Hoy en día no existe el oficio de copero personal pero sí existe un oficio muy parecido y hasta mucho más antiguo que ningún otro. Por otro lado, tampoco existen viejos que se transformen en águilas pero vayan una noche a cualquier boliche gay y verán docenas de viejos con más plumas que un águila tratando de levantarse a algún pendejo, ofreciéndoles no corceles de oro, porque no existen, pero sí, al menos, un par de copitas bien cargadas. Zeus no se transformó en buitre: hubiera sido muy obvio.

Por si lo del mito fuera poco, Acuario es el signo de la trascendencia de los límites, de la superación humana, del triunfo de la inteligencia sobre el oscurantismo, es decir, de la infidelidad, la promiscuidad y la perversión en todas sus formas por lo cual, es difícil encontrar a un acuariano que no haya, al menos una vez en su vida, probado una encamada con alguien de su propio sexo. La libertad y la independencia son las características centrales de un acuariano, por lo que, probablemente, la homosexualidad sea de lo más leve que haya experimentado en su vida. Suelen prenderse en todo tipo de fiestas, por muy perversas que sean. Siempre quieren probarlo todo y ni siquiera estar de novio es un impedimento para ellas. Sencillamente, meten los cuernos y punto. O, si tienen suerte o esperan un buen tiempo, terminan incluyendo a su pareja en las fiestas.

A una loca acuariana no le importa tanto el sexo o el rol sexual de su pareja sino otro tipo de cualidades que considera más importantes, relacionadas principalmente con la posición socio-económica y el poder adquisitivo. Por otro lado, poseen un cerebro extremadamente frío y lógico, que les sirve para calcular todo lo que pueden obtener de tal o cual persona, sin detenerse casi a pensar si es varón, mujer, activo, pasivo, promiscuo, impotente, etc. Es por esto que abundan las bisexuales en este signo, pero no porque realmente disfruten con mujeres y hombres sino porque nunca discriminan a nadie por sus gustos sexuales…mientras tenga plata.

Las acuarianas suelen ser muy versátiles, amoldándose a los deseos de su pareja, ya que de ella dependen para sobrevivir. Sin embargo son, en teoría, las locas más activas del zodíaco, ya que la famosa constelación del aguatero, que derrama agua sobre el universo, llenándolo de vida, libertad y sabiduría, es también un símbolo de la eyaculación del semen, líquido que, al igual que el agua, da vida Seguramente, alguna loca pudorosa obvió esa segunda interpretación para evitar que los niños hicieran preguntas raras. De hecho, si miramos bien la constelación de Ganímedes puede verse un joven vertiendo agua desde un cántaro o un joven vertiendo leche desde otro tipo de cántaro. Como sea, y teniendo en cuenta que, en general, las viejas plumosas y verdes siempre buscan pendejos activos, la acuariana está casi siempre obligada a ser ella la que utilice el cántaro.

Pero hay que hacer una advertencia: si sos una vieja plumosa y estás pensando en ponerte en campaña de conseguirte una linda y activa pendeja acuario, recordá siempre que jamás te será fiel. La loca es regida por Urano, planeta atribuído al dios del cielo nocturno que regaba a Gea, la tierra, con el rocío, otro mito fácil de interpretar y que explica la natural tendencia de acuario de andar esparciendo su líquido por toda la tierra.

Así concluimos con Acuario, las locas más inteligentes y sabias del zodíaco, astutas zorras vividoras de viejas verdes por su natural tendencia a mojar y salpicar. Acuario también simboliza a la juventud, porque es obviamente cuando más clientes consiguen.




Loca Piscis


La última orejona del tarro del zodíaco, la pisciana, es la más boluda de todas las locas. La pescada de la piscis es maricona y soñadora como nadie. Vive en un mundo poblado por hadas y duendes mágicos, pero ni los duendes le dan bola porque es afeminada con ganas. Por lo general, no se da cuenta de sus virtudes o defectos reales, sino que cree tener otros que, por alguna razón, ella cree más interesantes. Suele también sufrir profundas melancolías y depresiones que duran años sólo porque el chongo que les dijo “te llamo” nunca las llamó. Jamás se preocupan por averiguar cómo son realmente las cosas, total “ya se lo imaginan”. Esto es porque al pertenecer a los signos de agua, las pescadas tienen una imaginación muy viva, pero a diferencia de Cáncer, que imagina para impresionar a los demás, o Escorpio, que lo hace para idear formas de cagarlos, la pisciana imagina sin ningún objetivo práctico. En realidad, sólo le gusta pensar que tiene una existencia mucho más apasionada e interesante de la que nunca tendrá en realidad. El problema es que como es tan emotiva, sufre de verdad por las cosas que se imagina. A veces no distingue entre la realidad y su fantasía, por lo que nunca te preocupes mucho si ves a una pescadita llorando. Probablemente está viviendo el momento más doloroso de la conmovedora historia imaginaria que vive con más intensidad que a su verdadera existencia. Y es que las locas piscis se retiran siempre a su mundo mágico porque es el único lugar en el que pueden ser las protagonistas y el centro de atención, cosa que, a pesar de parecer tan tímidas, les fascina. Una pescada puede llegar a enamorarse para siempre de vos si demostrás que te acordás de alguna boludez que te contó referente a ella, como, por ejemplo, el nombre de su madre o, mejor todavía, que es de Piscis. Ellas sueñan con ser las número uno, pero en la realidad no hacen nada práctico para lograrlo. La pescada se la pasa invirtiendo energías en cosas que jamás le darán beneficio alguno y que más bien terminarán por hundirla aún más en las oscuras profundidades en las que vive. Suelen ser de esas locas que empiezan veinte carreras al mismo tiempo, del tipo de cosmetología polinesia, cheff de comida anglosajona, maestra de kechua y hasta astrología. Parecen tener vocación por toda carrera inútil y que no de plata. Y, por supuesto, jamás terminan ninguna. Si trabajan, no sirven mucho para nada, ni siquiera para telefonista de Call Center, porque no saben tomar ningún tipo de decisión. Siempre necesitan que les digan lo que tienen que hacer, por lo que sólo sirven para esclavas de alguna loca que le guste el sadomasoquismo, lo que tampoco es un laburo para presumir con los parientes en navidad..

Las piscianas jamás se esfuerzan en nada, no porque sean vagas sino porque no tienen ánimos para luchar y prefieren acatar todas las órdenes. Si sólo hubiera gente de piscis en el mundo, todos los países serían comunistas, ya que la gente sería tan pescada que a nadie se le pasaría por la cabeza intentar ser más que los demás. Y si a alguna pescada, en su deseo de llamar la atención, se le ocurriera eso, jamás se atrevería a intentarlo.

Por supuesto, un carácter así de pescado sólo puede ser pasivo sexualmente. Encontrar una pisciana activa es un hallazgo casi mágico, por lo que si conociste alguna, aseguráte que sabe bien la fecha de su nacimiento. La muy pescada quizás es de otro signo y ni se dio cuenta. Por otro lado, las pescadas poseen invariablemente una llamativa boca petera, por lo que son muy solicitadas a la hora de sacar la leche, pero luego jamás vuelven a ser llamadas. Y es que, difícilmente, sirvan para otra cosa.

Neptuno, planeta atribuído al dios del mar, rige a estas nadadoras pasivas que se la pasan haciendo burbujitas y meneando la cola como buenas pececillas. Si alguna vez una pisciana te pregunta “¿Cómo andás?” no se te ocurrar decirle “Y…maso” porque es probable que se largue a llorar y sufra más que vos mismo por tus problemas, sean cuales sean. Son compasivas, sufridas y lloronas como ninguna otra loca, es decir, son un verdadero amor. Por eso es que la mayoría de la gente les huye.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Zodíaco Gay (continuación)


Loca Leo


Toda loca leonina que lea ésto, irá directamente a leer la parte en que hablan de ella, salteándose todos los demás signos. Por supuesto, eso es lo que haría cualquiera, sea de leo o no, pero lo importante es que la leo, una vez que acabe de leer lo referente a ella, no leerá absolutamente nada más. Hasta es probable que ignore la existencia de otros signos que no sean el de ella y si no lo ignora, jamás lo tiene presente. Y es que la leonina, como es regida por el Sol, se considera el centro exacto del universo y se comporta en consecuencia. Suele tener no uno, sino veinte fotologs (y a veces hasta blogs!!) en los cuales expone todo tipo de fotos photoshopeadas y cuenta su vida cotidiana como si a alguien le importara. A veces, alguien se harta de verla tan prima donna y le dice “sos una egocéntrica” pero de nada sirve, porque la leo se pone feliz de que hablen sobre su personalidad, aunque sea para mal. Nada la pone más contenta que oír hablar de sí misma, ni siquiera una de más de 20cm. Sería capaz de escuchar horas y horas discursos sobre su persona y, por supuesto, es capaz de dar ella misma esos discursos. Ni siquiera le importa que la insulten o le saquen el cuero mal, total toda palabra que se diga sobre ella es bienvenida.

Además, le gusta ser el centro de atención en todo lugar y momento: la leonina no “llega” sino que “hace una entrada”. Necesita tener todos los ojos encima de ella por lo que siempre la veremos vestida de la forma más llamativa posible, aunque eso implique ponerse un pavo real en la cabeza o una boa constrictora de bufanda. Le tiene más miedo a pasar desapercibida que a quedar como la reina de la vulgaridad, título que invariablemente suele ser suyo, ya que jamás hace caso de las críticas. Si alguien le dice que está mal vestida, o que no queda bien una gorra rapera en un funeral o, lisa y llanamente, que es fea y no hay con qué darle, la leonina responde “lo que pasa es que no te da la cabeza para admirarme”. Son los únicos momentos en que una loca de leo se pone en el lugar de los otros infelices mortales que jamás la comprenderán y esa es su actitud general con todas las cosas en la vida. Si algo está mal, eso queda fuera de ella, ya que no hay nada tan perfecto como su ser.

Cuidado si una leonina te dice: “Tengo un amigo/a para presentarte” porque sus amigos son invariablemente feos y desagradables. La loca leo tiende a rodearse de gente fea, apagada, mal vestida y con poco brillo, así se asegura de destacar en el grupo y parecer más glamorosa. Lo que sí, difícilmente te presente a su familia. Si bien no tiene la imaginación de Cáncer, puede llegar a decirte que su apellido proviene de una rama de la nobleza austro-húngara y que, si ella quisiera, haría valer sus derechos a la corona holandesa, cosa que no pegaría mucho con el apellido gallego o piamontés de su padre o los rasgos inconfudiblemente incaicos de su abuela. Pero bueno, si te toca estar en pareja con una leona, al menos jamás conocerás a tus suegros, porque siempre estarán “ocupados en la oficina” o "viajando por Europa del norte".

Cuando se trata del amor, las leonas son las locas más complicadas de todas. Siempre creen que nadie es lo suficientemente bueno para ellas, así que se la pasan poniendo pruebas e investigando a sus admiradores, por lo que éstos terminan huyendo con cualquier otra loca más fácil, tomando por histeria lo que es pura influencia del arrogante Sol. Suele suceder también que se enamoran de alguien y empiezan a seducirlo como sólo ellas saben, pero si el tipo les da bola, pierden interés porque les demuestra que es otro boludo más que cae en sus garras. Sólo alguien que nunca se les entregue puede tenerlas enamoradas de por vida, pero claro, como nunca se les entrega se la pasan sufriendo porque están solas. Así también son en el sexo. Jamás entregan lo que se les pide, sea lo de atrás o lo de adelante, por lo que es común que anden siempre frustradas hasta que las vence la calentura y se regalan como leona en celo en algún dark room.

Las vanidosas, arrogantes y presumidas leoninas se sentirán ahora muy mal, pero se acabó el espacio destinado a ellas. Si quieren más alimento para el ego, tendrán que ir a ver los falsos comentarios en su fotolog o, mejor aún, llamar a su mamá.



Loca Virgo


Si la leonina saltará a ver su descripción de inmediato, la virginiana comenzará a leer desde el principio y llegará hasta el final sin saltearse ni una coma. Y por supuesto, hará una lectura rápida seguida de otra comprensiva y mentalmente subrayará ideas principales y leerá entre líneas hasta captar todos los posibles sentidos de lo que lee. Hasta se asegurará de que no existan mensajes cifrados o tinta invisible en el papel y revisará hasta la última y más obvia publicidad que haya en una página web. Y una vez terminado su análisis, dará su conclusión, que será (como siempre): “Esto es una mierda”.

La virgencita se la pasa analizando todo y viendo hasta el más mínimo detalle, por muy insignificante que parezca, para poder después lanzar su devastadora crítica en el momento que más duela. Es difícil encontrar a una virginiana alegre o feliz, porque vive convencida de que todo está mal, o peor, que todo va a terminar saliendo mal sin que haya forma de evitarlo. Al igual que la loca Tauro, se empeña en encontrar defectos en todo pero no para mejorar las cosas sino simplemente para señalar lo que está mal. Su mayor placer consiste en demostrarles a los demás lo equivocados que están. Además, vigila incansablemente a toda persona que tiene a su alrededor para asegurarse que no esté cometiendo ninguna violación a la ley o a las buenas costumbres. Si bien no es muy sociable, es chusma y criticona como nadie y está al tanto de todo lo que hacen o dejan de hacer sus familiares, amigos, vecinos, etc. Y por supuesto, su pareja. Si te gusta una virginiana, conviene que te metás con ella lo más pronto posible, ya que a medida que pasa el tiempo se vuelven más y más criticonas y pesimistas, así que mejor agarrarla de jovencita antes de que se convierta en una vieja cascarrabias y absolutamente insoportable, su destino ineludible.

Pero a no preocuparse, que todo tiene su lado positivo. La loca virgo es, posiblemente, la más inteligente del zodíaco ya que no descansa hasta desentrañar el sentido de todas las cosas. Claro que este lado positivo nos lleva a otro lado negativo, porque a veces se emperran en encontrarle sentidos ocultos a cosas que directamente carecen de sentido alguno. Al final, terminan complicándolo todo, haciendo difícil a lo fácil. Pero ellas gozan así. Lo que más odian en la vida son las cosas sencillas: las consideran vulgares.

Las virgo son pudorosas y moralistas, cualidades que chocan con la inmoralidad que supone el hecho de ser gay y por eso es muy común que oculten su condición. Pero en esto no se muestran tan inteligentes, ya que creen que con ponerse una camiseta de Boca y gritar "vamo´ lo piratas" o una sotana negra y decir “los gays morirán en el averno" alcanza para ocultar las plumas. Al parecer, jamás se detienen a reflexionar que los heteros nunca aclaran ser heteros porque no tienen necesidad de hacerlo. Pero ellas constantemente se sienten obligadas a aclararlo como si todo el mundo lo estuviera sospechando.

Además, no crean que por llamarse Virgo su signo ni por ser tan pudorosas, sean abstemias del sexo. Por el contrario, las vírgenes necesitan del sexo como del aire que respiran y es probable que sean las locas más calentonas de todas. Esto puede parecer paradójico, pero las locas de virgo inventaron una solución facilísima para este tipo de paradojas que se conoce como hipocresía. A la virgo le gustaría poder decir que es pura e inmaculada como una virgen, pero, como toda loca ochentosa sabe, cualquiera que diga ser “Like A Virgin” no se distingue por su castidad, precisamente.

A pesar de la natural tendencia de toda loca a ser pasiva, las virgo suelen ser versátiles, así se aseguran el mayor número de encamadas posibles y hasta pueden llegar a pagar por sexo si se ven necesitadas. Si no sabés bien qué hacer con tu vida, hacéte la taxi-boy de una virgo, que siempre anda ardida y con plata, como toda loca de un signo de tierra.

Analíticas, estructuradamente cuadradas, pesimistas, agretas, pudorosas, moralistas e hipócritas, las virgo sólo sirven para cura de parroquia: recordemos que Mercurio, planeta atribuído al dios de los ladrones, rige a este signo (ver Géminis) y si ustedes creen que los curas no roban entonces seguramente creen en la astrología.



Loca Libra


La loca libriana es una loca con todas las letras, ya que reúne las características más comunes de un gay. En primer lugar, es coqueta y superficial como ninguna otra. Es muy fácil encontrarla en peluquerías, salones de belleza, camas solares y centros de depilación masculina, ya que vive cuidando su imagen más que a su vida. Por las noches, descansa bajo una verdadera capa atmosférica de cremas y aceites para la piel y posee un verdadero arsenal de cosméticos e instrumentos de aseo personal, como tijeras, pinzas, cepillos y hasta quizás un soplete. También es una experta en ropas, peinados, maquillajes, perfumes, cirujanos plásticos y cualquier otra cosa inventada para embellecer al ser humano. Pero no es que ella sea fea y necesite todas esas cosas sino que la influencia de Venus, el planeta de la diosa de la belleza, la empuja a estar divina siempre, por lo que vive probándose todo. Cabe aclarar, sin embargo, que a pesar de que ama a los centros de estética, es difícil encontrarla en un gimnasio, ya que es la loca más perezosa del zodíaco: generalmente paga el principio de cada mes pero, en total, asiste media hora por año y encima se siente agotada.

Por lo general, es agradable estar en compañía de una loca libra, porque jamás dicen nada demasiado profundo ni trascendente así que no molestan a nadie. Además, viven evitando las discusiones y las peleas, porque odian todo lo que sea un gasto de energía (a menos que se trate del secador de cabello). Nunca se comprometen en nada, pero no porque no les importe hacerlo sino porque nunca toman una decisión. La balanza, símbolo de libra, jamás termina de inclinarse definitivamente hacia un solo extremo, por lo que siempre están cambiando del blanco al negro (y no nos referimos sólo a la ropa). La loca libriana carece de iniciativa propia y siempre espera que le propongan todo. Sueña con encontrar un príncipe que la lleve a desayunar en París y cenar en Londres, sin que ella tenga ni siquiera que insinuar que le gustaría ir a esas ciudades o que tiene hambre. Como es tan refinada, entiende mucho de vinos y platos exquisitos. Sabe, además, el precio del plato más caro de cada resto, bar y pub de su ciudad, por lo que si te la querés levantar, no la vayas a invitar a comer panchos o choripanes. Y si te la llegás a levantar, no vayas a usar Punty Crem porque entonces no te hablará nunca más en la vida.

Pero ojo, no es que la libra sea materialista. Es, simplemente, exquisita, por no decir carera. Quiere lo mejor, lo más caro, lo más difícil y, por supuesto, no tener que mover ni un dedo para obtenerlo. Si no fuera porque un taxi-boy tiene que mover mucho los dedos en su trabajo, éste sería el oficio perfecto para una libriana, ya que les encanta que las lleven a los lugares más caros para exhibirlas como un encantador y carísimo accesorio. Por supuesto, estamos hablando de taxi-boys vip de ésos que se ven en las películas, no de los que se anuncian por chat, o peor, los que te comés vos.

El sueño de toda libriana sería pasársela tirada en medio de cien almohadones cepillando su cabello o limando suavemente sus uñas, con una música suave sonando de fondo y un chongo haciéndoles la cola (aunque ¿qué loca no querría eso?). Es, por supuesto, pasiva hasta la muerte. Y encima de las peores, porque, por lo general, las libra no hacen sexo oral: sienten que las agota. Con todo, puede haber una libriana activa, pero no vayan a imaginarse a una desenfrenada y salvaje energía viril sino más bien a una gorda tirada en la cama boca arriba con las piernas abiertas esperando que le hagan todo y se le sienten encima sin ni siquiera tener que bombear un poquito.

Frívolas, coquetas, perezosas, vagonetas e indecisas, son, con todo, divinas, por muy feas que sean en realidad. Jamás te enamorés de una libriana por foto o cam. Es más, esperá a verla bañadita, sin tintes ni maquillaje encima para ver si realmente te gusta. Sino podrías llevarte una sorpresa desagradable cuando ya sea muy tarde y estés horas y horas esperando en el auto hasta que la loca termine de producirse para salir.



Loca Escorpio


Las escorpionas no caminan hacia atrás como sus primas las cangrejas pero pican con la cola, por lo tanto, son tan o más pasivas que cualquiera, así que no te confundas con ellas. Mucho se ha hablado de la naturaleza del malvado escorpión, que asesina porque es su inevitable destino dictado por el instinto animal. Sin embargo, las locas de Escorpio lanzan grito pelado si ven una cucaracha y no te matan ni a una mosca. Al menos, no con sus propias manos. Como buenas alimañas venenosas que son, prefieren trabajar en la sombra y esperar pacientemente el momento de mayor debilidad de sus víctimas para clavarles el ponzoñoso aguijón (ojo, esto no es ninguna metáfora, ya dijimos que son pasivas). Son astutas, maléficas y traicioneras y su objetivo en la vida es envenenarles la existencia a los demás, cosa que les encanta. Se muestran expertas en arruinar fiestas, eventos y grandes ocasiones. Y también, pequeñas ocasiones. Conocen todos los trucos, desde organizar fiestones increíbles en lugares re top el mísmo día de tu fiesta de cumpleaños o pasar a buscar a tus mejores amigos para después no llegar nunca porque “se perdieron” en el camino a tu casa. Cualquiera que cuente con una loca escorpiana entre sus amistades será siempre una persona muy infeliz y ni hablar de los que la tengan de pareja. Nada la pone más contenta que enterarse que ella posee algo que vos querés, sea un libro que no se consigue fácil o el chongo que te gusta, porque jamás pero jamás te los prestará, aunque, por supuesto, te dirá muy dolida que odia no poder hacerlo. Probablemente, conserve cosas y personas en su vida que no necesita ni quiere sólo para privar a otros que las desean de tenerlas. Son las más envidiosas del zodíaco y, por lo tanto, también adoran que las envidien.

Pero en realidad, el verdadero problema de las escorpianas es la pasión, ya que es su principal característica. Así como se empeñan en hacerle la vida imposible a los demás con toda su energía, también pueden emplear sus fuerzas en hacer feliz a la gente y ahí es cuando nadie las aguanta y las mandan a la mierda, porque se vuelven tan amorosas, buenitas, melosas y pesadas que llegan a provocar arcadas hasta a los ositos de felpa.

Hay que poner en su verdadero lugar a la famosa pasión de Escorpio, ya que muchas locas ilusas que se creen estas cosas buscan a una escorpiana de pareja porque Escorpio es “el signo del sexo”. Sin embargo, Escorpio es el signo del sexo sólo porque su residencia en el cuerpo humano se corresponde con los genitales, lo cual sencillamente significaría que tiene predisposición a enfermarse en esos lugares y desarrollar múltiples cánceres de próstata. O, mejor, que al que se le ocurrió atribuir una parte del cuerpo humano a cada signo del zodíaco, no le quedó otra que darle las partes privadas a Escorpio ya que empezó arbitrariamente de arriba para abajo, atribuyéndole a Aries la cabeza, a Tauro el cuello, y así hasta llegar a la entrepierna con Escorpio y asociar genitalidad con pasión (cuando uno se empeña, le encuentra sentido a todo y más aún si se trata de la astrología). Por lo tanto, no se crean que las escorpianas son una furia sexual en la cama. Por tercera vez, aclaramos que son pasivas como cualquier otra.

Pasivas o no, les gusta poseer a su pareja y son muy celosas. Se enojan a muerte con su noviecete si mira a otras locas y también se enojan con él si otras locas lo miran. Ni hablar si se enteran que las cuernearon, ahí pelan el aguijón y destilan veneno. Por supuesto que no experimentan ningún cargo de consciencia cuando son ellas las que cornean al otro, cosa que hacen casi cotidianamente sin que nadie se entere ya que disfrutan siendo malas en la oscuridad (y también en la luz).

En resumen, la escorpiana es la típica loca mala que cualquiera conoce y tiene de amiga. Hay que reconocer que hacen la vida más interesante, aunque nadie se los pide. Su planeta regente es Plutón, aunque Plutón no es un planeta en realidad. Para entender esto hay que ser astrólogo y aún así es difícil. Algunos astrólogos están hablando de un nuevo planeta para Escorpio, pero los planetas no se inventan tan fácil como los signos.



sábado, 1 de noviembre de 2008

Zodíaco Gay


Desde que fue inventada hace milenios (seguramente por alguna loca que se la pasaba mirando las estrellas), la Astrología ha estado impregnada de una incomprensible homofobia responsable de que, hasta el día de hoy, se carezca de una clasificación de los signos zodiacales teniendo en cuenta su orientación sexual. Los astrólogos, cuando no están drogados, nos hablan de “el hombre de aries”, “la mujer de libra”, “el varón de cáncer y su relación con el sexo opuesto”, etc…¿Y qué pasa con las locas??? ¿Es que no tenemos derecho a creer en las mismas boludeces que los heterosexuales???


Existen, claro, alguna páginas en internet sobre astrología que incluyen algún apartado para los homosexuales...aunque me pregunto en qué libro/escuela/astrólogo se basarán para hablar con autoridad de la "astrología homosexual".


Pero bueno, ya que en Internet es gratis publicar, esta es mi clasificación astrológica sobre las locas basada en mis tenues conocimientos de la ciencia de las estrellas y de haber anotado siempre los signos de todas las locas con las que estuve.


Loca Aries


Todos hemos sido encarados alguna vez por una loca ariana…y si no, lo seremos algún día. La loca nativa de este signo nunca se anda con medias tintas, cuando está caliente y/o ve a alguien que le gusta, va y se lo dice de frente, esperando que el otro reaccione automáticamente diciendo “ok, vamos a la cama”. Pero lo peor de todo es que ella espera que todos se comporten así, brutales y directos, por lo que siempre anda frustrada por el histeriqueo de “las locas vuelteras”.

La ariana no conoce lo que es tener tacto, por lo que si creés que no le vas a gustar y andás mal de autoestima mejor no la encarés, porque te va a decir sin pelos en la lengua que le parecés horrenda y hasta te va a enumerar todos los defectos físicos, espirituales y socioeconómicos que ella nota en vos y por los cuales te rechaza. Es seguramente la loca más sincera del zodíaco, pero esto no significa que sea buena persona, sino que carece de imaginación: el arte de la seducción es un libro cerrado para la loca ariana, a quien le disgusta enormemente perder tiempo (también es muy común que le disgusten el arte y los libros). Pero bueno, no vayan a creer que las arianas no son románticas, aunque sus frases más “poéticas” nunca pasarán del nivel de las letras de Ricky Martin o Chayanne (y probablemente, sean copiadas de sus discos).

Todas sus acciones tienen un objetivo claro. Si sale de su casa, es porque tiene algo que hacer; jamás la veremos dar vueltas sin sentido…ni siquiera en el parque. Ella camina directamente hacia un lugar y si se tropieza con alguien que le gusta, probablemente le pida el teléfono y siga su camino. Tampoco es fácil encontrarla en conferencias, bibliotecas, museos, templos ni nada parecido. A la loca de aries no le gusta pensar mucho y detesta el silencio. En cambio, ama las luces y el estrépito y los lugares que explotan de gente. Es fácil reconocerla en un boliche: si no está bailando en el caño o en alguna tarima, está en medio de la pista, con su cabello teñido de algún tono chillón (casi siempre amarillo o rojo, los colores de Marte, su planeta regente) y siempre con lentes oscuros y musculosa apretadita, tenga lindos bíceps para mostrar o no.

Hay que aclarar que ésto no quiere decir que sean afeminadas o anden soltando plumas a cada paso sino que la fogosa influencia de Marte las empuja a hacerse ver en dónde sea que estén. El planeta rojo simboliza a la guerra, por lo que no hay loca más peleadora que una ariana. Siempre está peleada o peleando con alguien, sea el novio, la madre, la mejor amiga, el vecino, el kiosquero, su mascota, etc. Suele tener enemigas/os y gente que la detesta en todas partes, pero es que ella no puede con su naturaleza caprina. Le gusta chocar y decir las cosas tal como son y las siente…y así le va. No es que la pase mal, tampoco, porque en general siempre se sale con la suya ya que nunca pierde fuerzas para pelear un poco más. Además, es muy trabajadora, por no decir escaladora. Siempre está en actividad física, pocas veces la veremos razonando.

En cuanto al sexo, será siempre activa, incluso cuando sea pasivas es decir, que difícilmente se quede quietasen la cama. Esto puede ser muy lindo al principio pero con el tiempo puede volverse extenuante y, sobre todo, aburrido ya que tampoco le gusta pensar en la cama y raramente variará las poses. Pero tampoco esto es un problema porque sus relaciones nunca duran mucho tiempo debido a que sus parejas siempre sospechan que anda con otros (y probablemente estén en lo cierto). Su mayor enemigo es la eyaculación precoz, ya que en su impulsivo afán de aprovechar el tiempo, creen que 5 minutos de sexo es demasiado para una encamada.

En resumen, las arianas están diseñadas para llamar la atención, por más que estén haciendo el ridículo. Si tienen buen gusto, suelen llevar su imagen mejor que nadie y ser inolvidables, pero casi siempre necesitan de alguien más centrado que les diga, por su bien: “loca, se te fue la mano con el rimel!”.


Loca Tauro


Es difícil cruzarse con una taurina porque, por lo general, se pasan la vida dentro de su casa. Si por casualidad ves que una tauro sale de su casa un sábado por la noche, que no te extrañe, seguramente está yendo a alquilar una película para ver en la cama antes de dormir. Son esas locas hogareñas que viven con el Cif en una mano y la escoba en la otra y que pasan más tiempo limpiando, acomodando, y pensando qué nuevo adornito comprar para la mesita del living que teniendo sexo. Esto, claro, si es que tiene plata y casa propia, elementos vitales para las taurinas, ya que son las más materialistas del zodíaco. Por supuesto que ésto no siempre es un defecto, porque estar en pareja con una loca tauro puede simplificarte la vida. Si te metés con una tora, siempre tendrás quien te haga las compras, cocine, lave, planche, bañe, vista, peine, etc y todo sin desperdiciar ni medio centavo. Pero ojo, que no lo hacen por amor sino porque, son imbancablemente posesivas, metidas y celosas. Cuidado con meterle los cuernos a una torita, porque las tauro son más vengativas que un yankee después del 11S.

Ni olvidan ni perdonan y son capaces de esperar años y años para ajustar cuentas, pero jamás dejan de hacerlo. Además, tienen una capacidad asombrosa para trabajar en las sombras y llevar a cabo sus planes sin que nadie se entere. Es decir, son bien hijas de puta, así que mejor tenélas siempre de amigas y no les hagás nada ni por accidente.

Su vocación más fuerte es la de ama de casa, pero como les gusta tanto la plata, seguro que también trabajarán “de verdad” o harán trabajar “de verdad” a su pareja. Incluso si tienen personal doméstico, no dejan de fijarse que todo esté brillando y bien puesto y, sobre todo, que nada se desperdicie, sea dinero o gotas de detergente. Generalmente, son odiadas por empleadas domésticas y/o públicas, mozos de restaurants, guías turísticos, vendedores de ropa, arquitectos, decoradores, etc. ya que siempre se las arreglan para encontrar algo mal hecho. Son capaces de pedir diez veces el mismo plato hasta que se lo traigan como tiene que ser, y ésa es otra razón por la que son tan caseras, ya que nadie quiere salir con ella y estar bancándose papelones en lugares públicos.

A pesar de ser ahorrativas, no son avaras…les gusta gastar plata, salir al shopping y consumir como a cualquier otra loca hija de vecino. Son adictas a la página Amazon, que les permite comprar desde su casa. Eso sí, jamás gastarán más de lo necesario y no les importará mucho si usarán o no lo que se compran. Sólo les interesa tenerlo en su poder. Aunque difícilmente te refrieguen en la cara “lo que se compraron”, se asegurarán de que te enterés de que “lo tienen”. Sufren de “falsa humildad”, digamos.

En la cama, las taurinas se inclinan a ser pasivas, ya que, como en todo, prefieren recibir antes que dar. Si están muy desesperadas, pueden aflojar un poco y ser versátiles (al menos están dando para recibir algo a cambio) pero difícilmente sean sólo activas. Y si lo son, que no te quepa la duda que algo a cambio te pedirán (aunque sea en metálico).

Como la firmeza y la dureza son naturales cualidades del toro, las locas de este signo suelen estar en pareja durante años, por lo cual también tienen bien ganados los naturales cuernos del toro, ya que sus parejas suelen estar tan asfixiadas que se echan una cana al aire al menos 3 veces por semana. A menos que se trate de una tora juguetona y fiestera que arme tríos de vez en cuando (un tipo muy raro entre las tauro), lo más probable es que los cuernos le terminen llegando a Venus, su planeta regente.

Así son las Tauro…quedadas, pasivas y judías como ellas solas. Como Venus las rige, suelen ser lindas y sexys, pero viven en constante lucha contra su peor enemigo: la comida a domicilio que, combinada con su terrenal amor por el sedentarismo, las arrastra invariablemente a la obesidad y la consiguiente depresión (aunque siempre les dolerá más el precio de las pizzas y los lomitos que parecer más vacas que toras).




Loca Géminis


Si ya conociste a una loca geminiana, ya sabrás lo insoportables que son. Hay quien dice que los gays son muy charlatanes y lengua suelta (seguramente, alguien que probó esas lenguas) pero las locas de géminis suelen tener una lengua con vida propia. No paran de hablar ni cuando habla otra persona y no es que no escuchen o dialoguen sino que muchas veces hablan también por los demás. Es muy típico que te digan “Hola, ¿cómo andás? ¿Bien? ¿O mal? Tenés otro colorcito en la cara ¿Estás mejor que la otra vez? Sí, te veo re lindo ¿Vamos a la cama? ¿O cogemos acá parados? Decidí vos, ya sabés que a mí me da lo mismo ¿Trajiste forros? Tengo unos mentolados...” y así siguen todo el tiempo, hasta que te dicen “chau” sin que vos hayas dicho ni “mu”.

Nada detiene su verborragia, ni siquiera el sexo oral. Tienen incluso la asombrosa capacidad de mamársela a más de uno por vez mientras cuentan cómo les fue el domingo pasado en la comunión de la sobrina. ¡Y encima se les entiende cada palabra! Esto es así porque Mercurio, el planeta que las rige, simboliza la comunicación, la sociabilización y la velocidad y es por eso también que suelen ser rapidísimas para llegar a los bifes (además de que suelen inspirar grandes deseos de meterles algo en la boca para ver si se callan un poco)

Llegados a este punto, hay que aclarar que Géminis es el signo de la dualidad y la versatilidad por excelencia. Mercurio empuja siempre a las geminianas a probar todos los extremos, todo lo nuevo y extraño, para expandir constantemente sus horizontes. Sin embargo, esto tampoco es ninguna garantía y probablemente te encuentres con geminianas absolutamente pasivas. ¡Ni siquiera la influencia versatilizadora de Mercurio puede con la pasividad de algunas locas! Te advertimos también que no conviene enamorarse mucho de una geminiana, ya que debido a la mencionada naturaleza sociable del signo, raramente querrá estar con una sola persona todo el tiempo y, mucho menos, toda su vida (en eso sí se deja influir por Mercurio, claro).

Si alguna vez participás de un trío, o mejor, de una orgía, probablemente encuentres una o más geminianas ahí, ya que también en eso son muy amplias y abiertas. Lo que sí, hay que reconocerle que sus amistades son variadas y gusta relacionarse con todo tipo de gente que, sobre todo, hagan cosas diferentes. En su agenda puede tener números de peones de albañiles, remiseros truchos, limpiavidrios, cadetes de policía, vendedores de diarios, algún estudiante crónico de ciencias económicas o psicología y hasta nada menos que tu número. Algunos pueden llegar a considerarla como una vulgar “alzada”, cosa que la ofende mucho ya que ella siente que constantemente está eligiendo y seleccionando con quién meterse en la cama y con quién no. El problema es que jamás descarta definitivamente a nadie porque sabe que las personas pueden cambiar con el tiempo. Es decir, en algún futuro ella estará más vieja y no podrá elegir tanto, por lo que guarda teléfonos con un espíritu previsor mercurianamente empresarial.

Para terminar, diremos que Mercurio simboliza también al comercio, la astucia, la estafa y el robo liso y llano, por lo que si una geminiana te cuenta que vende dvds o perfumes importados, aseguráte que tenés todavía la billetera en el bolsillo y despedíte en cuanto puedas. Y en el caso de que esté demasiado linda como para dejarla pasar ni se te ocurra llevarla a tu casa y mucho menos ir a la de ella. Vayan a un hotel con cámara de vigilancia y comprá puntycrem para que crea que sos pobre. Sino, es capaz de seguirte a tu casa para robarte en la puerta.


Loca Cáncer


Las cancerianas son algo difíciles de comprender ya que están regidas por la Luna, astro que continuamente está cambiando de cara, como si de una cirugía plástica mal hecha se tratase. Pero no piensen por esto que las cancerianas son esas locas que andan operándose la caripela cada 6 meses. La influencia lunática es sobre el ánimo más que sobre el físico, por lo que las cangrejitas suelen sufrir de una vertiginosa ciclotimia emocional. En un momento son todo amor y cariño y al siguiente echan fuego por la boca. Son capaces de levantar la voz de repente puteando como india desatada, al parecer sin causa alguna (ésto les pega flor de julepe a los que la rodean ya que por lo general son calladitas y tímidas). Además, nunca nadie entiende muy bien porqué se enojan. Es común que la pareja de una loca canceriana duerma, desterrada, en el sofá noche por medio o tenga que ir y venir de la casa de la madre, trayendo y llevando ropas, muebles, osos de peluche y cartas de amor. De vez en cuando, la canceriana escribe notas de suicidio o hace conmovedoras escenas de despedida como si fuera a arrojarse debajo de un tren al más puro estilo “La Jaula De Las Locas”. Pero lo más irritante de todo es que para ella es normal comportarse así. Al parecer, no mide nunca el peso de las palabras que utiliza, por lo que cuando creas que estás peleado a muerte con una canceriana después de que te insultó a tu vieja, a tu abuela y a tu raza entera sin saber muy bien porqué, no te sorprendas al recibir una llamada de ella en la que muy alegremente te diga: “¿Qué hacemos hoy? ¡Te super-extraño, gordito!”.

Es fácil darse cuenta que una loca es de cáncer con sólo verla, porque tiene cara de persona soñadora e introvertida, o sea, de boluda. Siempre anda caminando por ahí sin rumbo ni sentido. A veces parece que está shirando muy disimuladamente pero lo cierto es que va por la calle pensando en cualquier pelotudez o hablando sola en voz alta mientras los autos le pasan rozando y las puteadas le llueven sin que se dé cuenta nunca. La loca de cáncer siempre queda mal con todo el mundo porque jamás te saluda si te ve por ahí, pero no porque no te recuerde sino porque, en vez de ver lo que la rodea, está soñando que es una famosa estrella hollywoodense que hace obras de caridad en África o una ladilla rosada que vive en el vello púbico del chongo que le gusta. Imaginación no le falta, por lo que nunca confíes en nada de lo que te diga. No es que la canceriana sea una mentirosa descarada, pero si ve un auto chocado en la calle, llega a tu casa y te cuenta toda la historia del choque, que resulta ser un apasionante relato basado en varias telenovelas latinoamericanas que alguna vez vió, sólo que más irreal. Pero es más cuentera cuando se trata de su tema favorito: su salud. Para ella, cualquier minúscula manchita es un incurable cáncer de piel y es probable que esa apariencia de soñadora boludona se deba en realidad a los kilos de pastillas y remedios que consume a diario.

Y bueno, ¿Qué se puede esperar en la cama de una canceriana? Todos sabemos que los cangrejos caminan hacia atrás, lo cual convierte a Cáncer en el signo más pasivo del zodíaco. Al igual que Aries, se manda de frente, sólo que con el otro lado de su cuerpo. Pero cuidado que también existen las cancerianas activas y no son difíciles de encontrar, o más bien, de crear, ya que es muy fácil convencerlas de cualquier cosa. Así como inventan los cuentos más disparatados, también se los creen. Son crédulas, sumisas y sugestionables, por lo que si le decís un par de veces al oído “metémela, metémela”, es muy probable que te la meta. El problema es que si después la querés volver pasiva, vas a tener que inventar otra cosa. Pero claro ¿para qué la querrías volver pasiva?

Así se completa el perfil de las cancerianas: Ciclotímicas, distraídas y noveleras, a lo cual hay que añadir su principal característica: la hiper-sensiblidad. A veces, un “hola, cómo andas” dicho muy fuerte puede hacerlas llorar mares y empujarlas a tomar cianuro, así que cuidado con cómo las tratás, que son mariconas pero en serio.