martes, 31 de marzo de 2009

La Loca Mala


Todas las locas tenemos nuestro grado de hijadeputez: con frecuencia somos chismosas, hacemos comentarios destructivos por delante (y por detrás), difundimos un dato secreto que destruye la reputación de alguien, nos hacemos envidiar alguna pilcha o algún chongo con amigos, conocidos y/o desconocidos, etc.


Pero existe un tipo de loca más venenosa, artera y maliciosa que ninguna otra porque se dedica con tanta pasión y esmero a ser mala que lastimar al prójimo se vuelve la principal razón de su existencia.

Es la loca mala, un perverso y maléfico ser que, dependiendo de su edad televisiva, puede parecerse a Diana de Invasión V, a C.C. Babock de The Nanny o al hada madrina de Shreck II. O, también, a una combinación de las tres.


La loca mala nació para hacer de éste un mundo peor. Desde niña tiene la habilidad y el deseo de arruinarles la felicidad a los que la rodean. Es esa mocosa insoportable que llora y grita hasta que el papi o la mami o la abu le compran el juguete que fervorosamente desean todos los niños de su edad, sólo para tenerlo guardado y pudriéndose excepto en los momentos en que puede mostrarlo a quienes jamás podrían comprarlo. Es decir, una especio de Kiko, pero más gay.


La loca mala maneja como nadie los sutiles hilos de las relaciones humanas. Generalmente, comienza su entrenamiento en el colegio, primario o secundario. Vertiendo por aquí o por allá algún comentario inocente sobre el color del sweater que usó el esposo de la profe de Matemáticas en el acto escolar logra que la directora sea expulsada, que la profe de Francés llore histérica en los pasillos, que los profes de Gimnasia prohíban la entrada a los vestuarios, que los de la cocina le declaren la guerra a los porteros, que los alumnos del último curso se agarren a trompadas antes del viaje de estudios y que la profe de Plástica intente suicidarse metiendo la cabeza en el horno de arcilla.


Si tiene familia grande, logra lo mismo entre sus tíos/as, primos/as, abuelos/as y, claro, entre sus hermanos y padres. Alrededor de ella siempre hay kilombos, siempre hay bardos, siempre hay gente peleada a muerte.

Y, por supuesto, la loca mala siempre parece no tener la más mínima responsabilidad y aparece como mediadora entre toda esa gente incivilizada


Pero, cuando llega cierto punto en su vida en que se siente más segura de sí y de su ponzoña, sale del oscuro y seguro closet, dejando a un lado ese papel de secreta instigadora de peleas y desmanes y se lanza a crear conflictos poniendo su cara y su firma.


Generalmente hace esto cuando por fin se establece en la vida con algún oficio que le permita desarrollar su vocación venenosa. La loca mala tiene preferencia por todos esos puestos y/o profesiones que parecen haber sido inventados para fomentar las discusiones, los malentendidos, los odios y la guerra.


Por ejemplo, no hay edificio municipal ni hospital público (o privado) que no tenga una loca mala en recepción, en atención al público o, al menos, en la caja.


Si de ellas depende la realización de un trámite, lo alargan al menos el triple del tiempo que normalmente llevaría cumplirlo pidiendo el sellito verde en vez del rojo, el expediente 00/9 en vez del 009, el troquelado en Buenos Aires, etc. Y, mala como es, también es implacable: no siente piedad por nadie. Menores, jubilados, amas de casa, alumnos de colegios nocturnos, profesionales, discapacitados, etc., todos son carne de cañón para ella, que lo único que quiere es hacerle más difícil todo a todo el mundo.


Aunque, por supuesto, puede tener preferencias por ciertas víctimas.

Hay locas malas misóginas y locas malas feministas. Está la que a un chongo lindo le facilita todo y la que le hace muchísimo más kilombo que a nadie para tenerlo más tiempo a su merced. Está la que detesta a los negros y la que prefiere torturar a los blancos, etc.

Igual, que prefiera a un tipo de víctima tampoco la vuelve buena con el resto. Es sólo que, como todo el mundo hoy día, la loca mala necesita especializarse.


La loca mala también suele decantarse hacia la docencia, sobre todo hacia materias como Literatura, Historia, Idiomas y cualquier otra en que se pueda discutir todo y encontrarle la quinta pata al gato para bochar a alguien. Un caso especial es la loca mala que da Plástica, Música y/o Teatro ya que estas disciplinas permiten refinar su maldad como ninguna otra. Siempre encuentran una falta de “brillantismo” o un exceso de “expresionitud” en lo que hacen los alumnos y con eso los mandan a Marzo.

Para ser justos, hay que decir que hay locas malas en todas las materias, desde Matemáticas a Formación Cívica. No hace falta ninguna formación específica para ser mala, sólo hay que detestar a los alumnos, a la escuela, al mundo y a uno mismo.


Otro lugar muy común hacia el que la loca mala suele fluir es la Iglesia. Y ésto nos conduce a decir que, desde el punto de vista económico, hay dos tipos de loca mala: está la que hace el mal gratuitamente y está la que pide limosna, diezmo y/o exención de impuestos por difundir el mal, el odio y la intolerancia y amargarle aún más la vida a la gente.


Desde el punto de vista sexual, existen también dos tipos de loca mala. Está la que hace alarde de sus conquistas y aventuras sexuales (que son siempre fantásticas y, claro, increíbles) y está la que no coge ni deja coger.


Este último tipo de loca mala se la pasa despotricando donde esté contra los que tienen “sexo express”. Para ella no hay mal peor que la promiscuidad, simplemente porque es un pecado que ella misma no se permite. Y si se lo permite, oculta sus andanzas sexuales como si fueran deshechos de su intestino al contrario del otro tipo de loca mala que sólo vive para contar con quién, dónde y cómo cogió. Y, por supuesto, la medida siempre inconmensurable de cada pene que le toca.


La loca mala “contadora” siempre te hace el resumen de su historial sexual porque cree que de esa forma consigue que la envidien. Y, con frecuencia, lo logra con las loquitas crédulas, hasta que entra en su fase decadencia y comienza a inventar los encuentros sexuales que ya no consigue. Si al principio cuenta que un rugbier casado con una pija así se la cogía todas las noches, termina diciendo que todo un equipo de futbolistas se divorció por ella y no sabe si quedarse con el que tiene super lomo y es re tierno o con el que no es tan lindo pero es super dotado y le quiere regalar un duplex en Niza o Londres.


Al contrario de lo que cualquiera supondría, la loca mala tiene muchos amigos ya que con los amigos se puede ser mucho más malo que con los extraños y se lo disfruta más. Ella siempre pide todo pero nunca da nada. Y tampoco devuelve, sean cigarrillos, lapiceras, cospeles, libros, remeras, dinero, etc. Siempre se las arregla para tener las cosas que sus amigos desean y siempre encuentra la excusa perfecta para no prestarlas. Probablemente no le interese leer, pero si uno de sus amigos dice que le gustaría leer algo de Cortázar o de Wilde, ella va y se compra las obras completas en las ediciones más lujosas y se asegura de tenerlas a la vista siempre que ese amigo la visite. Pero, por supuesto, los libros no se prestan.


Si alguno de sus amigos se pelea con otro del mismo círculo (probablemente por algún manejo de la loca mala) ella mantiene relación con las dos partes y va y viene trayendo chismes falsos, ampliando la brecha de enemistad lo más que pueda, cosa que hayan más peleas y todos se vean involucrados.


Pero su maldad preferida es, obviamente, robarle el novio a sus amigos. No importa que ella sea más fea o que al novio de su amigo no haya con qué darle, ella se las arregla para conquistarlo, aunque sea con dinero o chantaje. Y después, para saborear mejor su crueldad, va toda triste y acongojada a contarle a su amigo que ella no pudo evitarlo, que el tipo la acosó, que prácticamente la violó, etc., pero que se lo cuenta porque ella es una amiga de verdad y entre amigos no hay mentiras ni secretos.


Y su extrema maldad es cuando aprovecha el hecho de que los gays no sólo podemos robarle la pareja a un amigo sino que, además, podemos robarle el amigo a la pareja. Es decir, la loca mala puede coger con todos, amigos, novios de los amigos, amantes de los novios, amigos de los amantes, novios de los amigos de los amantes y así ad infinitum. Por supuesto, el caos que generan sus acciones es tan grande que nadie vuelve a dirigirle la palabra a nadie, salvo a ella, que siempre fue con la verdad de frente (sino, nadie se enteraba de nada).


Algún alma caritativa y pseudofreudiana diría que la loca mala es así porque “algo le pasó”. O, mejor, “algo le habrán hecho”. La pobre loca mala quizás fue maltratada en su infancia, o tuvo problemas de integración en jardín de infantes, o su padre estaba todo el día en el trabajo y no la atendía lo suficiente, o su madre nunca le ponía ajo a la salsa, etc.


Pero a riesgo de que me consideren un ultraderechista, la loca mala no es un ser con problemas de formación/educación, etc., es simplemente una loca que elige ser mala.


Porque ser loca mala es una pura cuestión de elección. Hay cosas que se eligen y cosas que no se pueden elegir. Nadie elige ser hombre o mujer (bueno, ahora sí) o ser blanco o ser negro (salvo Michael Jackson). Nadie elige ser homosexual o heterosexual. O te gusta una cosa y sos chongo o te gusta otra y sos loca.


Pero ser loca mala, eso sí es una elección. Y no hay que buscar razones muy complicadas para explicar esa elección. La loca mala elige ser mala simplemente porque es más divertido. Y, a veces, resulta más provechoso (para ella, claro).

domingo, 22 de marzo de 2009

¿Porqué no le gusté?


Para Agus

Facundo llegó a la esquina acordada bastante esperanzado. Había chateado durante casi una semana con aquel chico que decía llamarse Julián, quien había pasado todas las pruebas cibernéticas que Facu gustaba de imponer a sus candidatos.


En primer lugar, Julián se había mostrado por webcam sin ni siquiera ver una foto de Facu. También había sabido reír cuando hacía falta distensión y hablar en serio cuando era necesario. No había dejado de concordar con Facu en que el ambiente gay era una mierda, que las locas afeminadas eran un asco y que la mejor gente era la que se mantenía alejada de todo eso. Había, además, aguantado chatear más de dos horas sin concretar cita y durante al menos 5 días.


Por todo esto, y porque la cámara había mostrado a un lindo rubio de ojos celestes, Facu decidió, por fin, enviar por msn la irreversible frase: “

“¿Y cuándo nos vamos a juntar, Juli?”.


Y habían acordado ese mismo miércoles a esa misma hora en aquella esquina. Facu había pasado más de una hora preparándose en su casa para la cita. Mientras se secaba frente al espejo tras una larga ducha, Facu pensaba maravillado en lo arriesgado y casi inconsciente que era aquel chico al juntarse con él sin haberlo visto nunca.

“Bueno”-se dijo contemplando en el espejo sus abdminales perfectamente marcadas-“se va a llevar una linda sorpresa”.


Como queriendo compensar su “cobardía” de no mostrarse nunca por webcam, Facu llegó a la cita luciendo una camiseta de Los Pumas con un enorme 7 en la espalda, una bermuda carísima que cubría sus rodillas y unas zapatillas deportivas que eran el “no va más” en indumentaria masculina. Para darle un toque metrosexual al cuadro se había colgado un sweater en sus hombros y bañado en Carolina Herrera.

Así esperaba Facu a su rubio en la puerta de un Farma City, atrayendo varias miradas sobre él en el cuarto de hora que esperó y sintiéndose un matador.


Finalmente apareció Julián, vistiendo un poco menos llamativamente y con el cabello algo despeinado. Sin embargo, el flechazo fue instantáneo. Fueron a tomar la cerveza acordada previamente en el carísimo y también acordado bar y allí se comentaron algunos detalles de sus vidas. Facu irradió masculinidad y “cancherismo” durante toda la charla contando su pasado de rugbier y su actual ocupación en un gimnasio; Julián se limitó a ser educadamente divertido y serio a la vez contando sus incursiones en el mundo del modelaje y los idiomas. Así, sólo consiguieron cautivarse más.


Mientras hablaban en la mesa, amparados por las luces bajas y la aturdidora música, Facu contemplaba casi sin pudor a Julián. Veía sus codiciables rasgos nórdicos, oía su voz de pendejo, cálida y masculina y se dejaba llevar por la imaginación. Se veía ya montado en su Audi con Julián a su lado, yendo a pasar los fines de semana a Carlos Paz o algún otro lugar de las sierras; imaginaba complacido la cara de envidia que pondrían sus dos únicos amigos gays al verlo de novio con aquel gringo hermoso; calculaba lo sexys que se verían ambos de traje en el inminente casamiento de su mejor amiga y hasta fantaseaba viendo una sonrisa bondadosa en el rostro de su madre a quien sería más fácil decirle “soy gay” de la mano de un chico tan lindo y correcto.


Tras pagar a medias la cuenta, fueron a buscar el auto de Facu, que estaba estacionado en una calle muy poco concurrida. Apenas subieron, Julián le dijo algo así como “Hey…”, lo tomó por la barbilla muy suavemente y acercó sus labios a los de Facu. El beso fue rapido y muy húmedo. Y más que un beso fue una forma de decir “lleváme a tu casa y hacéme el amor”.


Facu invitó un café en su depto y su propuesta fue aceptada sin más. Apenas dentro del lugar y cerrada la puerta vino la secuela del beso en el auto y la cafetera no llegó ni a ser enchufada. En pocos minutos estaban tirados en el sofá con la mitad de las prendas tiradas alrededor.


Julián se dio el gusto de quitar aquella sexy camiseta y descubrir el torso perfecto de Facu primero con los ojos y luego con las manos y la boca. Así llegó finalmente hasta su presa más deseada y, tras jugar un rato mordisqueando el slip, ejecutó su faena preferida provocando excitantes suspiros y jadeos.


Después de disfrutar un buen rato, Facu detuvo a su compañero y comenzó a imitarlo. El cuerpo de Julián era también muy hermoso aunque algo más aniñado, pero Facu descubrió que aquello le encantaba. Pronto estuvo de rodillas quitando el cinto de Julián a pesar de que éste le apretaba las muñecas como impidiéndolo. Facu se lo tomó como un juego y bajó con furia el boxer que tenía ante sus ojos provocando que el pene erecto de Julián golpeara contra su cara. Casi embobado, Facu se lo tragó y comenzó a succionarlo abrazando la cintura de Julián. Al cabo de unos minutos, la erección se había perdido y Julián tironeaba por soltarse. Facu se detuvo y vió como Julián se tiraba en el sofá boca abajo arqueando su columna lumbar y ofreciéndose como gata en celo.


Facu buscó crema y preservativos y lo que siguió fue una sencilla copulación sin cambio de posiciones. En un momento, Julián quiso incorporarse y colocarse “en cuatro” pero el movimiento quedó a la mitad: Facu había deslizado su mano y había comenzado a jugar con el pene nuevamente erecto de Julián, pero éste se echó rápidamente sobre la cama aplastando el brazo de su compañero, que tuvo que retirarlo.


Finalmente acabó todo y Facu, embelesado, ofreció más de la infaltable ducha o el necesario vaso de agua, invitando a Julián a quedarse a dormir. Julián agradeció pero prefirió volverse a su casa porque tenía que madrugar. Facu se ofreció a acercarlo pero Julián dijo que vivía cerca y no hacía falta.


Al día siguiente, Facu se levantó temprano, cantó en la ducha y desayunó riéndose con un viejo capítulo de Friends que estaban pasando en algún canal. Fue a su trabajo y sin poder contenerse envió un mensaje a su recién conocido amigo. No hubo respuesta. Pero durante el almuerzo interrumpió el relato de Nancy sobre los arreglos de su boda y le contó que había conocido al chico más lindo del mundo. Nancy, que necesitaba distraerse de sus idas y venidas con los del salón y las luces, brindó por su amigo con vasos de plástico y le dijo risueña que le tiraría el ramo en la fiesta. Facu río la broma pero se sintió realmente feliz con la perspectiva.


Horas después, desde su casa, Facu intentó llamar a Julián pero sólo conseguía comunicarse con el contestador automático. Entonces pensó que Julián estaría ocupado y le envió un mail para decirle que lo había llamado y que cuando pudiera se comunicara con él que tenía muchas ganas de volver a verlo. No hubo más respuesta ese día.


Al día siguiente hubieron nuevas llamadas y mensajes por parte de Facu, pero un silencio total del lado de Julián.


Pasados unos días, Facu comenzó a pensar que Julián no quería verlo de nuevo, pero no podía creerlo. Para convencerse, creó una nueva cuenta de msn y agregó a Julián que apareció conectado allí mientras que en el msn oficial de Facu integraba la lista de no conectados.


Fue un golpe fuerte para Facu, quien se sentía un premio mayor en un mundo de locas afeminadas y desagradables. Lo primero que pensó fue: “¿Porqué no le gusté?”. Pero incapaz de responder aquello pensó diferentes posibilidades que no contestaban esa terrible pregunta sino que simplemente endulzaban la píldora: “Capaz que está cansado y no quiera hablar con nadie” “Capaz que está enfermo” “Capaz que sólo buscaba una noche de sexo” “Capaz que conoció a otro” “Capaz que volvió con su ex” “Capaz que está secuestrado o muerto y se dejó el msn conectado”.


Pero, por supuesto, nada de eso aplacaría el ego de Facu, ni aunque fueran hechos reales.


De repente, pensó amargamente: “Capaz que es por la nariz” y recordó aquel horrible jueves en la secundaria cuando la profesora de francés, por ahorrarse el esfuerzo de dar clase, les hizo ver Cyrano de Bergerac y todos sus compañeros, que ya se reían y burlaban bastante de la nariz de Facu, lo bautizaron Cyrano para el resto de sus días de estudio.


Apartando rápidamente ese recuerdo, que aún era toda una pesadilla, Facu se arrepintió de haber llamado tanto a Julián y de enviar los mensajes para que le contestara. “Bueno”-pensó consolándose- “lo más natural era que quisiera hablar con él de nuevo. Además, él no sabe porqué lo llamaba. Podría ser”-comenzó a imaginar esperanzado- “que lo llamaba porque faltó algo en mi depto o porque encontré unas llaves en el suelo que no son mías o porque…”. Pero entonces se acordó del mail que le había enviado confesando que quería volver a verlo y volvió a sentir rabia.


Incapaz de entender la actitud de Julián, Facu procuró seguir con su vida. Llamó a sus amigos y salieron a tomar algo casi todas las noches de la semana siguiente. El fin de semana comió un asado con sus padres y a la noche visitó a un viejo amante con el que se veía muy de vez en cuando porque, si bien tenían muy buen sexo, después Facu tenía que soportar abrazos y cucharitas demasiado demandantes.


Pasaron uno o dos meses y todo había vuelto a la normalidad en la vida de Facu, sólo que de golpe estaba saliendo mucho más que antes. Y una noche, sentado entre sus amigos en el Resto de una disco gay, su atención estaba concentrada en cualquier cosa cuando, de repente, lo vió. Ahí estaba Julián, con sus ojitos azules y sus mechas rubias, sentado en una mesa cercana y de la mano de un tipo que quizás le doblara la edad y el volumen del cuerpo. Ambos reían y charlaban con un grupo de chicos a los que Facu se apresuró en catalogar mentalmente de “locas”. Desde su mesa, Facu contemplaba aquel grupo conteniendo su ira e intentando cruzar su mirada con la de Julián. Pero era imposible, por la posición en que éste se encontraba.


Facu, que rara vez bebía, pidió una cerveza. Luego pidió otra y más grande. Sus amigos se extrañaron de aquello y que de pronto se encontrara tan callado pero, como estaban en una disco y de cacería, los sentimientos de un amigo importaban mucho menos y siguieron dedicando su atención a las mesas que los rodeaban.


Facu vió cómo Julián se levantaba y se dirigía al baño y, casi sin darse cuenta, se levantó y lo siguió. Allí en el pequeño baño y sin preocuparse por lo que oyera la loca que silbaba en el vigitorio, Facu le dijo “Hola” a Julián, que terminaba de lavarse las manos. Julián lo miró por un par de segundos, casi sin reconocerlo y contestó “Hola, cómo andás?”. Y sin esperar respuesta salió del baño y volvió a su mesa.


Facu pidió más cervezas y no quiso irse del Resto a pesar de que sus amigos querían ir a la pista. Pero de golpe, se levantó y dijo “vamos” y la noche siguió. Su estómago poco acostumbrado al alcohol tuvo que digerir en dos horas una fuerte cantidad de vodka, fernet, coca cola, agua helada y un artificiosamente repugnante jugo de frutilla.


Cerca de las 5 de la mañana, Facu no aguantó más y se acercó a Julián que no paraba de bailar entre sus amigos. En aquel momento, el ex rugbier que se burlaba de las locas afeminadas parecía una actriz de novela mexicana dispuesta a gritar “¿¡Porqué no me amas, Luis Alberto??!!”, pero el alcohol era suficiente para que no pudiera darse cuenta del papelón que estaba haciendo.


Conmovido por las palabras incoherentes y la mirada de niño triste de Facu, Julián lo acompañó al patio para poder hablar mejor.


Facu quiso decirle que él era mejor que nadie, que nunca iba a encontrar a nadie como él, que lo quería y estaba dispuesto a cuidarlo y quererlo y a compartir lo mejor de su vida con él, pero sólo le salió un triste y patético “¿Porqué no me llamaste más?”.


Julián pidió disculpas vagamente, habló más vagamente de estar saliendo con alguien y tomó una actitud relajada y conciliadora, diciendo que todo estaba bien y que no pasaba nada y que algún día podían verse para “tomar unos mates” o “charlar”. Pero entonces, Facu dijo “¿Qué hacés con ese gordo?” y Julián se puso igual de tenso que la vez en que Facu le había intentado hacer sexo oral.


“No es asunto tuyo” contestó Julián, muy severo. Y con el enojo y el alcohol dirigiendo sus pisadas, dio media vuelta y volvió a la pista.


Facu agradeció las luces bajas y la falta de interés de la gente que hicieron que nadie viera sus lágrimas. Pero al menos, eran lágrimas de alivio. Finalmente comprendía porqué “no le gustaba”. Y la nariz no tenía nada que ver.

jueves, 12 de marzo de 2009

Cuando un gay dice "no", significa "no"!!!


LEVEL 1


Machofachero: hola


Rubio (esperanzado): Hola


Machofachero; como va


Rubio: Bien, vos?


Machofachero: bien che

Machofachero: acá macho de 1 82 82 pija de 18x6 buen lomo buenas patas buena jeta facherazo


Rubio (asqueado por el término “buenas patas”): Ok


Machofachero: vos? como sos?


Rubio (deseoso de escabullirse): No estoy buscando sexo, disculpá.


Machofachero: que buscas


Rubio (sincero): Nada, chatear, pasar el tiempo.


Machofachero: ok

Machofachero: te perdes la culiada de tu vida


Rubio (desinteresado): Ok


LEVEL 2


Machofachero: te va un trio?


Rubio (sorprendido): No.


Machofachero: uh

Machofachero: qué te va?


Rubio (paciente): Ya te dije, en este momento nada, no busco sexo.


Machofachero: y que haces aca


Rubio (sincero): Chatear


Machofachero: jaja

Machofachero: ok

Machofachero: chau loco


Rubio (algo enojado): Chau


LEVEL 3


Machofachero: uhhh como me gustan los rubios


Rubio (dialogador): A mí no tanto.


Machofachero: tienen linda colita


Rubio (discutidor): No todos


Machofachero: no sabes como me los cojo

Machofachero: primero les chupo bien la colita y despues me los ensarto


Rubio (paciente): Qué bien


Machofachero: queres probar?


Rubio (harto): Jaja, ya te dije que no


Machofachero: dale

Machofachero: probame

Machofachero: soy bien facha y macho

Machofachero: casado


Rubio (enojado): Y eso es bueno?


Machofachero: que


Rubio (enojado y peleador): Que seas casado, debería excitarme?


Machofachero: a muchos les gusta


Rubio (activista): A mí no, para nada. Los gays que se casan me parecen despreciables.


Machofachero: porque?


Rubio (sencillo): Porque mienten.


Machofachero: bueno

Machofachero: era para decirte que soy bien masculino

Machofachero: hetero


Rubio (básico): Y si sos hetero porqué querés coger conmigo que soy hombre?


Machofachero: porque me gusta coger putitos


Rubio (más calmado): Bueno, señor hetero, búsquese otro porque este putito no quiere coger, ok?


Machofachero: dale

Machofachero: te voy a hacer gozar como perra


Rubio (curioso): Tenés foto o cam?


Machofachero: no esas cosas no uso

Machofachero: soy casado man

Machofachero: si queres nos juntamos en una esquina sin compromiso y nos vemos ahí


Rubio (terminante): No, gracias. Busco con foto o cam solamente.


LEVEL 4


Machofachero: y? no encontraste nada?


Rubio (indiferente): No estoy buscando nada


Machofachero: yo tampoco

Machofachero: tenes lugar vos?


Rubio (aclarador): Lugar para coger?


Machofachero: si


Rubio (mentiroso): No


Machofachero: uhh

Machofachero: te va telo


Rubio (sincero): No


Machofachero: uhh

Machofachero: y como podemos hacer


Rubio (desinteresado): Con qué?


Machofachero: te animas a hacerme un pete en el auto?


Rubio (hastiado): Te dije que no busco sexo


Machofachero: dale

Machofachero: te va a gustar


Rubio (peleador): No creo


Machofachero: por?


Rubio (maligno): Porque sólo la chupo si es bien grande.


Machofachero: uhh

Machofachero: dale te va a gustar

Machofachero: ademas soy bien macho


Rubio (contrera): Me gustan afeminados


Machofachero: uhh

Machofachero: en la cama soy una nena

Machofachero: me pongo tanga si queres


Rubio (asqueado): Qué diría tu mujer si te viera…


Machofachero: no sabe

Machofachero: dale cojamos


Rubio (harto): Ya te dije como 4 veces que no busco sexo

Rubio: porqué insistís?


Machofachero: porque estoy caliente


Rubio (lógico): Y bueno, pedíle a alguien que busque sexo, no a mí.


Machofachero: estoy caliente con vos


Rubio (maravillado): Porqué? Si no me conocés…


Machofachero: Pero me gustan los rubios


Rubio (desanimador): Es sólo un nik, quizás no soy rubio


Machofachero: bueno no importa

Machofachero: cojamos igual


Rubio (preparando un plan): Al final sos macho o afeminado?


Machofachero: bien machote


Rubio (regodeándose): Y bueno, ya te dije que me van afeminados


Machofachero: puedo serlo


Rubio (tendiendo la red): Cómo harías?


Machofachero: me pongo una tanga

Machofachero: gimo como puta


Rubio: Y qué más?


Machofachero: hago lo que quieras

Machofachero: te la chupo toda

Machofachero: garganta profunda


Rubio (atacando): Bueno, nomás quería ver qué me decías, en realidad no me van afeminados, me gustan los machos en serio

Rubio (con zaña): Y vos obviamente no lo sos


Machofachero: soy bien macho


Rubio (riendo): Y gemís como puta con la tanga puesta


Machofachero: loco queres coger o no?


Rubio (enésimaveziano): No


Machofachero: ok bye.


GAME OVER