miércoles, 7 de enero de 2009

Para un hijo gay...


Todo el mundo se queja de que los padres de hoy no saben criar a sus hijos. O los tienen secuestrados al mejor estilo Rapunzel en una burbuja lobotomizadora de 4 paredes con banda ancha o les dan demasiada libertad y los chicos callejean todo el día y toda la noche molestando al resto del mundo libre.


Pero los heteros se quejan de llenos.


Por muy pesados, anticuados o pelotudos que sean sus padres, el hijo hetero al menos cuenta con los típicos consejos y enseñanzas sobre la vida que todo padre y toda madre dan a sus hijos con el fin de prepararlos para la inminente guerra de los sexos a la que algún día deberán ingresar.


Por ejemplo, cuando el hijo hetero cumple 15 (o 14, o 13, o 12…etc, según la familia), el padre lo lleva al kiosco, le enseña a comprar preservativos (como si el pendejo no supiera) lo lleva al prostíbulo y ahí lo deja una horita con una puta para que se haga hombre. Y claro, de vez en cuando le tira un par de consejos a su hijo en la onda de Homero Simpson como “vos siempre hacéte el sota”, “burláte del diferente”, “no opinés hasta que opinen todos” y, por supuesto, “si una mujer jode mucho, pegále un chirlo y listo”. La madre del hijo hetero siempre lo retará al nene cuando sepa que dejó llorando desesperada y abandonada (y quizás embarazada) a alguna mina, pero en el fondo se alegrará de que su hijito sea tan hombre como el que más y comprará crema para el tuco de los ravioles domingueros que el nene siempre le pide.


La hija hetero también tiene su apoyo familiar. La madre le hará creer siempre que los hombres son el enemigo hasta que ya no haya forma de apartar a la nena de ese peligro. Están los casos leves de las madres que hablan de la cigüeña que vino de París cuando ya la “nena” tiene 18 años (y 18 novios) y los casos extremos onda Joan Crawford en Mamita Querida, que un poco más y les cosen los labios vaginales con fibra de acero. Por supuesto, en un mundo machista como es el nuestro, a la madre de la hija hetero no le quedará otra que finalmente unirse a su hija en el dolor que le causan, causaron y causarán los hombres que ellas mismas educan. Después se quejan…no les queda otra.

En cuanto al padre de la hija hetero, ¿qué más se puede decir que no se haya dicho ya? Como sabe muy bien qué es lo que los hombres buscan en su hija (porque es lo mismo que él buscó en todas las minas con las que estuvo) vivirá creyendo que todos los pretendientes de su nena son perversos y diabólicos sexópatas e intentará ahuyentarlos hasta que pierda sus fuerzas y se tire a mirar televisión borrándose del mundo familiar.


Así, resumidita, es la formación moral para los hijos heteros. Puede ser cuestionable o no, pero al menos existe.


Para los gays, no existe.


La mayoría de los gays nos lanzamos al mundo de las relaciones humanas (las más interesantes, al menos) alrededor de los 20 años. Después de pasarnos fingiendo que somos heteros toda la adolescencia (sin que nos crean mucho) comenzamos a independizarnos y a vivir nuestro estudio-trabajo-carrera junto con nuestras primeras relaciones amorosas y/o sexuales. Claro que hay todo tipo de casos, desde los pendex de 11, 12, 13…etc, que andan tranquilamente por la calle vestidos ya no como floggers sino como mujeronas hasta los viejos ridículos de 40, 50, 60…etc., que siguen asegurando a quien quiera creerles que no se la comen.


Pero ese es otro tema. Pongámosle que el gay promedio comienza a vivir su vida sexual-amorosa alrededor de los 20 años al igual que, más o menos, hace un hetero promedio.


¿Qué preparación tiene el gay para enfrentar la “guerra de los sexos gay”? De los padres, seguro que ninguna. De la escuela, quizás le haya quedado alguna idea colgando sobre el SIDA, la tolerancia y la discriminación de minorías (si es que fue a una escuela laica). Del curita de la parroquia o el pastor de lo que sea, sabe que le espera un sufrimiento eterno en un lago de azufre hirviendo rodeado de drogadictos y madres solteras.


Entonces, ¿quién nos prepara para ser gays y relacionarnos como gays con otros gays?


Digamos que la reacción más natural de los padres cuando sospechan que su hijo es gay es intentar “corregirlo”. Es decir, los padres se la pasan tratando de volvernos “no gays”, de hacernos heterosexuales a como dé lugar. Pero cuando llega la edad crítica de los 20 en que ya nada nos va a cambiar y hay que aceptarlo y asumirlo o quedarse sufriendo en la sombra de algún convento (o, mejor, de algún dark room) para toda la vida, los padres se lavan las manos y sueltan a su hijo para que se las arregle solo en ese extraño mundo gay del que no quieren saber nada.


Probablemente envíen a su hijo al psicólogo, o vayan ellos mismos también. Probablemente consulten y busquen consuelo en algún amigo/a de confianza y comiencen a sentir que fracasaron como padres, como esposos, como modelos, etc.

Pero jamás se les ocurriría pensar ¿qué le enseñé a mi hijo sobre los gays? ¿sabe darse vuelta solo con ese tema? Como mucho, pensarán que el mundo gay es uno de prostitución, sida y las más perversas depravaciones y se preocuparán por el pobre angelito de su hijito que nada sabe sobre ello. Pero ¿porqué no sabe nada? ¿quién debería preparar/aconsejar a los gays cuando empiezan a crecer?


¿Qué podría haber pensado yo cuando comencé a conocer gays? ¿Qué sabía yo de los gays a mis 20 años cuando lo único que recibí fue “formación hetero”? Quizás podía haber imaginado que los gays eran todos como Gasalla o Pinti, pero eso tampoco me hubiera preparado mucho. De haber escuchado toda la vida palabras como “matrimonio”, “hogar”, “familia” pasé a escuchar palabras como “túnel”, “loca” y “pete”.


Nadie me enseñó nunca cómo relacionarme con los gays. Nadie me enseñó nada del mundo gay hasta que me metí en él. Tuve que aprender solito con gente que aprendió igual que yo.


¿Por ahí es una ventaja que tenemos los gays sobre los heteros? Es decir, a nosotros nadie nos mete en la cabeza la idea de que tenemos que casarnos con alguien de nuestro sexo y adoptar un par de chicos. En realidad, no tenemos modelos, más que los modelos del mundo hetero que a veces queremos trasladar a nuestras vidas. Pero somos tan pelotudos y consumistas como los heteros, así que igual aceptamos sus parámetros y tratamos de copiarlos, por más de que ni para ellos funcionan bien.


Porque, realmente ¿porqué queremos casarnos? ¿porqué queremos convivir con otra persona? ¿es un deseo nato? ¿es la necesidad de afecto o es la necesidad de que nadie piense que somos incapaces de tener una pareja? ¿cuántas parejas gays conocimos en nuestra infancia que nos dieron ganas de vivir como ellos alguna vez? ¿cuántas parejas heteros conocimos y conocemos que nos hacen decir "mejor no me caso nunca" y viceversa?


Ventaja o no, mi costado zurdo me grita que es injusto el hecho de que exista algo para los heteros que no existe para los gays. Es una inequidad repartir consejos y formación heterosexual a todo el mundo, sea gay o no, porque a los gays no nos sirve para nada (y a los heteros pareciera ser que tampoco).


Es por eso, camaradas, que creo firmemente (y utópicamente) que debería haber una materia en la escuela, aunque sea opcional, que nos prepare para enfrentar todas esas cosas que enfrentamos de golpe sin preparación.


Ojalá los profesores, en vez de quedarse repitiendo máximas de Darwin, Freud o Foucalt (no sé cuál sería el peor) se preocuparan por aprender aunque sea cómo se escribe la palabra homosexualidad y así dar aunque sea una pequeña base que sirva para pasar el cursillo de ingreso al mundo gay.

Ojalá los curas dejaran de preocuparse tanto por lo que dice el Papa o la Biblia y empezaran a investigar sobre el mundo gay y los gays en general para poder acompañar y apoyar a los gays que todavía van a la Iglesia (¡Mierda, qué mal suena "apoyar" junto a "gay" y "cura"!).

Ojalá los padres en vez de preocuparse por lo que dice la vecina de al lado sobre su hijo/a se sentaran a charlar un ratito con él o ella sobre qué es lo que se siente sentirse atraído por alguien del mismo sexo.


Ojalá hubiera tenido yo un tío, un primo o un abuelo chanta, de esos que viven hablando de sus aventuras sexuales (como los que tienen casi todos los varones heteros) pero bien gay que se hubiera pasado un par de navidades contándome de todas las locas que conoció en su vida para así ir sabiendo algo.


Obviamente, algunos amigos gays que hice cumplieron y cumplen ese rol en mi vida aún hoy en día, pero justamente ahora no me sirve de mucho. Hubiera sido mucho más útil ir sabiendo un par de cosas a los 15 años que aprender todo de golpe a los 21.


Toda esta reflexión me conduce a presentar mis “consejos para un hijo gay”. No son la gran cosa pero es un comienzo.

Señores padres, señoras madres si su hijito se pone tacos en vez de botines de fútbol o si su hijita juega con los camioncitos en vez de con la barbie, les aconsejo que comiencen a formarlos hacia sus verdaderas vocaciones mientras hay tiempo. Lo repito, (y ya lo decían las grandes damas inglesas): hacer un acelerado a los 20 años no es tan bueno como tener una educación larga y sabiamente construida.


  1. Quien te ama no te hará llorar…salvo que no uses lubricante.
  2. Mejor pájaro en mano que cien volando…salvo que sea tu propio pájaro.
  3. A quien madruga, Dios lo ayuda…recuerda que los saunas cierran a las 00.
  4. No por mucho madrugar se amanece más temprano…y las discos cierran a las 6
  5. No vendas la piel del jabalí antes de haberlo cazado…¡Y si es piel de nutria menos! Usála, así te envidian todas.
  6. El diablo sabe por diablo pero más sabe por viejo…un diablo viejo y sabio seguro tiene plata para el viagra.
  7. La ocasión hace al ladrón…pase lo que pase, vos NO tenés lugar. Y si la calentura te hace llevar a alguien a tu casa, escondé bien los cd de Madonna.
  8. A Dios rogando y con el mazo dando…por cada activo que encuentres deberás pasar por 100 pasivos.
  9. A buen entendedor, pocas palabras…si no te contesta los mensajes es que ya está cogiendo con otro ¡No lo sigas llamando!
  10. Zapatero a tus zapatos…y si usás de cuero las locas leather también irán a ellos con la lengua afuera.
  11. Más vale maña que fuerza…antes que un violador superviril son preferibles la paciencia y la saliva.
  12. Rápido y bien no hay quién…menos de 5 minutos, mandálo a un doctor o nexteálo.
  13. La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena…robarle el novio a tu ex no te hará sentir mejor (pero al menos tu ex se querrá matar!).
  14. Donde manda capitán no manda marinero...decidirse por un rol simplifica la vida.
  15. Para el hambre no hay pan duro…a ciertas horas de la madrugada, hasta los heteros caen.
  16. El pez muere por su propia boca…si hacés sexo oral, usá preservativo.
  17. Ojos que no ven, corazón que no siente…para estar en pareja no te quedará otra que hacerte el boludo.
  18. Perro que ladra, no muerde…si querés que te la pongan bien, buscáte un calladito timidón e introvertido.
  19. Haz bien sin mirar a quién…en un dark room todos los gatos son pardos.
  20. Hombre prevenido vale por dos…en vez de hacer tríos buscáte un prevenido.
  21. Sarna con gusto no pica…si la pone bien, las ladillas son lo de menos (en la era del Detebenzil)
  22. Quien mucho abarca, poco aprieta…ese se entiende fácil.

12 comentarios:

  1. PRIIIIIIIIIIIIIII


    SOS UN GROSSSSOOO!

    AMO TU BLOG; sabelo...

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  2. Siempre digo que los hijos no venimos al mundo con un manual de instrucciones abajo del brazo, que los padres aprenden a ser padres a prueba y error y que gracias a Dios alguien inventó a los psicólogos para ayudarnos a sobrellevar a los padres que nos tocaron.
    Estaría muy bueno que alguien nos enseñe del mundo gay de chicos, tanto para los homosexuales como para los heterosexuales, pero creo que es una utopía lamentablemente, ni siquiera te cuentan la realidad del mundo heterosexual en la escuela mirá si te van a dar información real y útil del homosexual....
    Pero me hiciste pensar mucho en lo perdidos que se deben sentir los chicos y adolescentes gays... espero no olvidármelo el día que tenga hijos, sean gays o no.
    Siempre es un placer leerte, saludos!

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  3. Como siempre ... espectacular!!

    Un abrazo

    Quike

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  4. Rubio, realmente tu blog hace falta.
    No dejes de escribir!!

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  5. Amigo Rubio, qué maestría, qué elegancia, qué conciencia... no hubieras podido poner mejor las palabras ni aunque hubieras escrito el post cien veces más.

    Me encantó la frase del lago de azufre con las madres solteras y los drogadictos, esa deberías haberla puesto en negrilla, cursiva, mayúscula sostenida y subrayada... ¡wow! me quito el sombrero.

    Y creeme que tener un tío gay tampoco es que sirva mucho, porque como es natural, la loca anciana siempre se va a considerar en posición de adoctrinar y sermonear cuando la muy perra lo daba meando para no perder la bajada de los pantalones. Aprender de un porrazo puede no ser lo más aconsejable, pero es la lección más difícil de olvidar.

    Un abrazote.

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  6. Abrí una academia para formar gays, Rubio.
    Y que sea laica, porque religiosas sobran.

    Guíalos hacia la luz y sácalos del túnel aunque lloren.

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  7. Tenés muchisima razón, me encantó tu post.

    Te mando un beso.

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  8. Wow... aplauzos señor rubio...

    besos...

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  9. Gracias por visitarme y por tu generoso comentario.

    BESOS

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  10. Hmmmm vine con curiosidad por tu "alias"....
    pues no sé lo de rubio, pero lo de tarado lo dudo mucho, bajo ninguna figura!!!
    Ojala alguien me hubiese dado el consejo No 9 antes de esta semana
    besos desde una lejana galaxia

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  11. jajajja, me mato lo del "Detebenzil" jajaj me hiciste acordar de algunos momentos vividos.
    Un grande, y voto por la educación gay en las escuelas. Estaría bueno que se charle el tema de diversidad sexual. Yo soy positivo y creo que vamos por buen camino...
    Un abrazo

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  12. Rubio, no sé qué decir. El comienzo del post me pareció muy bueno, serio, porque es algo real que la mayoría de los gays tenemos que aprender mucho de golpe, encima con prejuicios negativos encima. Y no hay que negar que en general el "ambiente" es muy despiadado.

    Por eso mismo me chocó un poco que tus consejos luego fueran en tono de broma, aunque destilen muchas verdades.

    Matías, cuando decís "yo soy positivo", a qué te referís? Da para muchas interpretaciones...

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