lunes, 2 de febrero de 2009

El chico nuevo


Si hay algo que me gusta de mis amigos es que son todos muy diferentes entre sí. Es algo de lo que estar orgulloso porque significa que, a pesar de que me estoy acercando al temido cumpleaños número 30, la humanidad todavía no me ha cansado y sigo con ganas de relacionarme con todo tipo de gente. Tengo amigos que salen a tirarle huevos a la catedral cada vez que surge la oportunidad y otros que no pierden oportunidad para quejarse de los negros y soñar con un nuevo Videla.


Pero hay cosas que ponen a prueba mi amor a la humanidad. Algunas son lejanas (aunque igualmente odiosas) como el Papa, Bush, los judíos que se están haciendo un festín de sangre en Gaza, etc. Otras, son terriblemente cercanas, como el nuevo novio de mi amigo Luis.


Luisito (Lois Lane, para los amigos) es un chico que podríamos definirlo como “mediano”. Es decir, es medianamente joven, medianamente lindo, medianamente inteligente, medianamente masculino, medianamente divertido, etc.

Diríase, una loca normal. Debe haber un Luisito en cada uno de los grupitos de locas que salen a bailar los sábados (viernes, jueves, domingos, etc).


Pero el problema de tanta medianez es la indefinición. Y no estoy hablando de indefinición sexual sino de algo más amplio. Luisito, por no ser ni muy muy ni tan tan, a veces es muy muy muy y a veces es tan tan tan. Es decir, como no está de ningún lado, le es fácil caer en los extremos de golpe. Y en extremos contrarios.


A veces, y como era de esperarse, tiene actitudes esquizofrénicas. Cuando está entre amigos tan gays como él le encanta charlar, divertirse y hablar de los temas preferidos por las locas (desde Britney a Madonna) pero entre gente que no sabe de su homosexualidad –o que sabe pero que no lo conocen mucho- es un señorito inglés que comenta la sección deportes del diario.


Por suerte, Luisito tiene 25 años, así que no le importa mucho nada. Mantiene las formas hetero donde le parece mejor mantenerlas y sale a lugares gays con un poco de miedo pero amparado en la idea (que tardé un par de meses de meterle en la cabeza) de que hoy en día “todo el mundo va a un boliche gay, hasta tu jefe”.


Y ahora que conocen a Luisito, les voy a contar de su novio.


La primera vez que tuve noticias de él fue una soleada siesta dominguera en que estábamos algunos de la pandilla de siempre refrescándonos en la pileta de Claudio, el más afortunado miembro de nuestro grupo (tener pileta en el verano cordobés es vivir en el primer mundo).


Fue Claudio quien nos lo anunció, con una ligereza imperdonable, diciendo:

“Che, llamó Luisito, Dice que está viniendo con su novio”.


“Whaaat???!!!”-se escuchó.


Carla quedó paralizada sirviendo mate. El peke casi se ahoga.

Eran pocos los que sabían que Luisito estaba de novio. Los que lo ignorábamos comenzamos la interrogación. Dónde lo conoció, hace cuánto que están, qué hace de su vida, edad, apellido materno, etc.


Tras unas cortas averiguaciones, resultó obvio que Claudio había exagerado con la palabra novio. Se trataba sólo de un chico que conoció por chat, que habían salido juntos ya unas cuantas veces, que tenía más o menos su edad. En cuanto a su ocupación, apellido materno y otros detalles que hacen a la vida, nadie sabía nada, pero la perspectiva de que pronto conoceríamos en persona al intrigante mozo operó un cambio en nuestro grupo. De repente, ya no era un aburrido y plácido Domingo veraniego con amigos sino un excitante Viernes a la noche, donde todo puede pasar y aparece gente nueva en nuestra vida.


Iván, el único que tiene abdominales marcadas, se sentó en el borde la pileta en una postura que ni Praxíteles hubiera soñado, de forma tal que cualquier ángulo lo favoreciera. Gabriel, que no deja pasar un sólo Domingo sin ir a Caseratto, se metió en el agua dejando fuera de ella su pecho velludo y bien sumergida su panza de ex rugbier.Carla dejó de cebar mate y sacó la pinzita de depilar. Rocío se sentó a fumar a la sombra y se puso unos lentes de sol demasiado floggers para su onda tortesca.


Alguien (juro que no fui yo), hizo dos preguntas que nos dejaron a todos callados y atentos a la respuesta: “¿Y qué onda el pibe? ¿Ta lindo?”

Tampoco había respuesta. Nadie lo había visto en persona todavía. Sólo Claudio sabía, gracias a un apurado y confuso chat en el msn, que habían ido a bailar a Carreras.


“¿A Carreras???!!!”- se escuchó.


Comenzaron las especulaciones y aparecieron opiniones cruzadas. “Debe ser un forro”, “Noo, Carreras ya no es para forros, ahora los forros van a Cruz”, “Ay, no por ir a Carreras sos forro, che”, “Chee, pero andá a saber si va siempre o fue esa vez nomás”.


Alguien (juro que no fui yo) hizo el comentario viboresco: “Si va a Carreras debe ser una loca tapada”.


La discusión se desvió hacia el tema boliches hasta que, por fin, sonó el timbre y segundos después, llegaba Luisito seguido de un chico de más o menos 23 años, más o menos 1 80, más o menos buen cuerpo y cara de asustado. Vestía una remera, bermuda y zapatillas a las que que sólo podría calificar de “heteros”.


Después de los holas y qué hacés? mezclados, Carla, la líder natural del grupo, le ofreció una silla y un mate al desconocido y el despistado de Luisito dijo, “Ahh, chicos, este es Sebastián”. Hubo más holas y comenzó una charla cuyo único fin era tratar de integrar al recién llegado. Pero Sebastián parecía empeñado en hacerse el tímido, así que todo se orientó hacia los últimos acontecimientos relevantes en la vida de Luisito, contados por él mismo.


Tras soportar unos cuantos pormenores sobre su trabajo, su fin de semana en Cosquín, su sobrina que está re grandota y otras cosas que a nadie interesaban mucho, Carla, de nuevo no pudo con su temperamento de hembra alfa y le dijo de una: “Che, ¿y qué onda este muchachito con el que andás?”


-Yyy…Se llama Sebastián, y es un amigo, nada más- dijo, Luisito, con fingida despreocupación.


-¡Ahh, boludo! acá pensábamos todos que era tu novio- dije yo, desde la pileta con mi natural aplomo, para que

Rocío se riera y para que el nuevo chico me vaya conociendo.


-Nooo!!!- repuso Luisito, entre escandalizado y agradecido (de nuevo en el medio!)- Estamos saliendo, nomás.-Y agregó, como aclarando- Recién nos conocemos.


-Ahh, claro, recién se conocen - Aprovechó, Carla- ¿Y vos qué hacés de tu vida, che?- le tiró al recién llegado.


La respuesta tuvo que ser repetida porque Seba estaba ronco de timidez.

Al final, se supo que había dicho el verbo “estudio”.


Tras una pausa en la que todo el mundo habló de cualquier boludez, yo volví a la carga.


-Che, ¿Y qué estudiás vos?- pregunté, aprovechando que le pasaba un mate.


-Ingeniería- fue la respuesta.


Ahí me cagó mal. Si me decía medicina, abogacía, cs. económicas, teatro, etc., podría haberme formado una prejuiciosa opinión sobre él. Pero con ingeniería es imposible. Hay tantas que uno ni sabe lo que son y hay cada tipo de ingeniero que es imposible clasificarlos (salvo que uno sea arquitecto y los odie por principio).


No supe qué responder a su desconcertante contestación, así que la charla siguió por otros caminos. Más tarde, comenzó a irse alguna gente y quedó un grupo más reducido y más íntimo. Aproveché que ya había salido de la pileta y me había vestido para sentarme entre Lusito y su novio.


-Che, contáme todo de este chico- le dije a Luisito, como si fuera yo su madre.


-¡Sí, contá que lo queremos conocer! – dijo Carla, con entusiasmo, moviendo su silla para quedar enfrentada con nosotros.


-Uh, che, paren que lo van a poder incómodo- Intervino Iván, siempre a favor de los supuestos inocentes.


-Pobre Seba- dijo Luisito, riendo- Le dije que lo iban a torturar así. Él no conoce gente gay.


-¿Ah, no?- dije yo, casi enojado- ¿No tenés amigos gays, Seba?


-No, ninguno.-Contestó, rapidísimo. Y después agregó, como si hiciera falta- Y en mi casa tampoco saben nada.


-Los padres de Sebastián son muy religiosos- explicó Luisito.


-¡Qué problema!.-Comentó Iván, conmiserándose.


-Sí -Se animó a decir Sebastián- Si llegaran a enterarse se mueren.


“Entonces qué esperás para enterarlos” pensé (y sé que Rocío pensó lo mismo). Pero dije, casi como una afirmación:


-¿Son católicos?


-No, judíos- repuso Sebastián.


-“Ahhhh!!!”- Se escuchó.


Y, casi mágicamente, se produjo un cambio. Ahora sólo Sebastián hablaba. Nos contaba, bastante entusiasmado, cómo había sido su iniciación, cómo era la religión judía, cómo era la comunidad judía de Córdoba, etc.


Por un lado, yo quería cambiar de tema, porque con lo que está pasando en Gaza no era el mejor momento para hablar de los judíos. Por el otro, prefería dejar que siguiera hablando para que perdiera la timidez y se integrara un poco.


Pero, finalmente, llegamos al punto sin retorno de la charla.


-Lo que pasa es que ninguna religión en el mundo acepta la homosexualidad- Dijo Sebastián, con aires de antropólogo- Y es que la homosexualidad es algo innatural.


Mientras Rocío lo miraba con cuchillos en los ojos, yo le dije.


-No creas, hay religiones que sí aceptan la homosexualidad. Incluso hubieron algunas que los consideran superiores.


Carla me miró con cara de “no empecemos”. Luisito se puso tenso.


-Bueno, no sé, capaz que sí- dijo, Seba, conciliando- Pero las grandes religiones no la aceptan. Por ejemplo…


- ¿A qué te referís con innatural?- lo interrumpió Rocío, cuando por fin la vena la dejó hablar.


-Y…a que no es natural- explicó Seba, etimológico.- Lo natural es que un hombre esté con una mujer.


-¿Quién dice eso?- dijo Rocío, mientras le crecía la zurda interior.


-Y…todo el mundo- contestó Seba, aplastante.- No digo que esté mal o bien, digo que no es natural. Lo natural es que un hombre esté con una mujer porque tienen que procrear otros seres. Eso es natural. Lo demás es innatural.


-Bueno, entonces estamos de acuerdo- dije yo- Lo innatural no es bueno ni malo. Sólo innatural.


-Claro- me dio la razón Seba, contento de tener apoyo.


-Por lo tanto- continué- la religión que condena a la homosexualidad por innatural está cometiendo un error, ya que la homosexualidad, por muy innatural que sea, no es buena ni mala.


-Ah, es que eso es justamente lo que las religiones pretenden- exclamó Seba – Las religiones buscan el orden natural de las cosas para que todos vivamos felices.


-Eso no es cierto- dije yo- Si así fuera, los templos no deberían tener luz eléctrica ni instalaciones de sonido.


-Y los curas no deberían usar lentes de contacto ni arreglarse los dientes- completó Rocío.


-Bueno, eso es otra cosa- repuso Seba- Una cosa es el progreso de la humanidad que puede ser beneficioso. No está mal que el hombre aproveche de eso.


-No está mal que el hombre laico lo aproveche pero si vos decís que las religiones buscan el orden natural, entonces los hombres religiosos no deberían aprovechar esas cosas y vivir como los nehandertales-le dije, ya impaciente.


-Algunos lo hacen- bromeó (creo) Iván.


-No, porque las religiones justamente tienen que ir viendo qué es bueno para el hombre y qué no lo es- argumentó Seba.


- ¿Y la homosexualidad no es buena para el hombre?-le pregunté.


-Y no, porque fijáte que los homosexuales no pueden tener hijos…-comenzó Seba.


-¿Y quién quiere más hijos hoy día si el mundo está superpoblado?- exclamé yo- Además, como poder tener hijos, pueden.


- Bueno, pero no los pueden criar juntos- le metió él.


-Poder, pueden- volví yo.


-Y sí, poder pueden, pero no los criarían bien- predijo Seba- Un chico no puede crecer bien sin un modelo masculino y un modelo femenino en su hogar.


-No – dije yo, antes que Iván o Rocío saltaran- Eso no lo podés saber. Pueden crecer muy bien sin un padre o sin una madre o incluso sin los dos. Hay todo tipo de casos. Hay hijos de puta con padres perfectos e hijos de puta con padres que son un desastre. Y hay gente huérfana hija de puta y gente huérfana divina.


-Además, modelos se encuentran en todas partes y no sólo en el hogar- intervino Carla.


- Bueno, eso sí- aceptó Seba- Pero imagináte ser un chico criado por una pareja gay. Tendrías problemas en todas partes, te discriminarían y se burlarían de vos.


-Ese es otro tema- dije yo- En nuestro país ni siquiera es posible para una pareja homosexual adoptar chicos. En otros países se puede y con el tiempo quizás logren la aceptación de eso. En algunos lugares, como Holanda o Escandinavia, está bastante aceptado y esas son sociedades que trabajan hace mucho por una mayor justicia social. Lo mismo podría llegar a pasar acá en el futuro si se comenzara ahora.


-Eso no va a pasar nunca acá- dijo Seba, de golpe orgulloso de ser argentino- La gente no se adaptaría nunca.


-No sé- dudé yo- En el último siglo la humanidad se adaptó rapidísimo a los autos, a las computadoras, al crecimiento de las ciudades, a la mayor esperanza de vida, etc. Los cambios siguen ritmos que tienen que ver con la economía más que con los valores retrógrados de las religiones- me cebé.- Si fuera rentable, y todo está indicando que lo es, el matrimonio gay sería institucionalizado.


-Che, Luis, ¿Cómo anda el Jorge? ¿Lo has visto?- Interrumpió Carla, siempre a favor de la paz mundial.


-Para mí, la gente no se adaptaría nunca- repitió Seba, tajante y copado con el tema- Por ejemplo, nadie querría que su hijo se junte con el hijo de una pareja gay.


-Y mirá-le dije yo, un tanto harto- Hoy está de moda tener un amigo gay, mañana puede estar de moda que tu hijo se junte con un hijo de gays.


-No creo- dijo Seba- No es lo mismo los amigos que los hijos. Los padres pueden tener amigos gays pero no querrían que sus hijos lo fueran o se junten con gays.


-Mirá- intervino Rocío- Es raro encontrar hoy un padre que controle las amistades de sus hijos. La mayoría de los padres tira a sus hijos a la guardería o a la escuela y los deja ahí sin preocuparse por lo que hacen o con quiénes se juntan.


-Además- seguí yo- no es lo mismo que se junten con un gay a que se junten con el hijo de una pareja gay. Son dos cosas diferentes.


-No, porque una pareja gay siempre tendría un hijo homosexual- graznó Seba.


-¡Claaaro!!!- me enojé yo- ¡Igual que una pareja heterosexual sólo tiene hijos heterosexuales!¿O vos, que sos gay, me vas a decir que tu viejo o tu vieja es gay?


-No…pero una pareja gay criaría a sus hijos como gays- volvió a graznar Seba.


-La crianza es una cosa diferente- dije yo- Si adoptan un chico que es heterosexual no van a poder volverlo gay, por más que le compren una mantita rosada para la cuna o le hagan escuchar Madonna las 24 horas del día.


-De la misma manera que un padre heterosexual no puede hacer que un chico gay deje se serlo con llevarlo a la cancha o pagarle una puta- razonó Iván.


-No sé- se rindió Seba- Pero igual, no estaría bien que se acepte el matrimonio homosexual porque eso le haría daño a la sociedad.


-¿Daño cómo?- quise saber yo.


-Y no sé, daría mal ejemplo- improvisó Seba.


-¿Es mal ejemplo que dos hombres o dos mujeres que se aman quieran unir sus vidas para siempre?- pregunté yo, más para mí que para él.


-No, eso no. Pero la gente podría ver parejas gays y…y hacerse gays por imitar- rebuznó Seba.


-Problema del que imita, entonces- se encogió de hombros Iván, siempre tan independiente.


-¡Mirá si la gente se va a volver gay por imitar a una pareja gay!- Dijo Rocío, en tono de “qué pedazo de boludo que sos”.


-Bueno, bueno- dijo Carla, de nuevo buscando el premio nobel de la paz- Basta de esto. Hablen de otra cosa, che, que soy hetero yo. Me están discriminando de la charla- dijo, chistosa.


-No –le dijo Seba, sabio por primera vez- Porque este tema incluye a los heteros también.


-Bueno, no sé. A mí me gustaría tener un hijo gay- declaró Carla, todavía intentando alejarnos de terreno escabroso- Una hija torta, no sé. Sería medio complicado. Pero un hijo gay varón me encantaría.


-Tendrías peluquero gratis de por vida- bromeó Luisito, en la misma onda.


-¿Sabés qué?- dijo Seba, dirigiéndose a mí- Si hubiera matrimonio gay, el matrimonio heterosexual perdería sentido.


-¿Porqué?- pregunté yo- Los heteros seguirían casándose con heteros mientras los gays se casarían con gays.


- Sí, pero entonces sería cualquiera- dijo Seba, que se ve que estuvo pensando mientras Carla y Luis trataban de salvarlo- Se desvalorizaría el matrimonio. Cualquiera podría casarse con cualquiera.


-¿Y eso no te parece más justo?- le pregunté.


-Pero es una institución creada para los heterosexuales, no para los gays- siguió Seba.


-¿Y porqué no puede ser para los homosexuales si ellos la quieren?- seguí yo- Yo no me casaría ni que me paguen, pero me parece que si un gay quiere casarse, debería tener el derecho a hacerlo. Civilmente, por lo menos.


- Pero sería demasiado libertinaje- arguyó vagamente Seba- Si le das ese derecho a los gays, después vas a tener que darle derechos a todo el mundo.


-Todo el mundo tiene derecho a casarse excepto los gays- dije yo, sin entender qué me decía.


-Pero si decís “los gays pueden casarse”, entonces después va a salir gente a decir, “me quiero casar con dos personas a la vez” o “me quiero casar con mi perro” y cosas así- volvió a rebuznar Seba.


-En muchos lugares y muchas religiones la gente se casa con más de una persona a la vez- dije yo, admirado de lo idiota que era este chico- Y en cuanto a los pichichos, no pueden decir “sí, acepto” ni firmar un libro civil.


Esto último provocó risas generales y ahí quedó todo.


La pregunta es ¿Podré tolerar a este chico? Porque Luisito parece empeñado en seguir viéndolo y trayéndolo a nuestras juntadas, así que me lo estoy cruzando seguido.

Algunos de mis amigos ya quieren verlo cocinarse lentamente en un caldero hirviendo, pero yo pienso darle más oportunidades antes de planear su asesinato. Después de todo, amo discutir.

Aunque este tipo de personas en particular me sacan y más cuando son gays: porque una cosa es ser hetero y pensar retrógrada e irracionalmente contra los gays y otra es ser gay y pensar retrógrada e irracionalmente en contra de uno mismo. Me parece realmente tonto.


Por lo pronto, hay pileta este finde de nuevo.

14 comentarios:

  1. Aunque no lo conozca ya odio a Sebas

    La verdad que no entiendo, porque sí fuera hetero y hablara así de los gays, bueno, pensaría que es un idiota más, cuadrado y limitado, pero siendo gay no puedo entender cómo es que piensa de esa manera, o sea, no se dio cuenta que todas esas pelotudeces que dice también le caven a él?

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  2. Y sí, Lulu, es lo que pensé yo. No entiendo esa manía por atacar al gremio al que uno pertenece.

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  3. Gracias, sos extremadamente generoso.
    Luego pasaré a leer tu post.

    BESOS

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  4. Como decimos por acá "¡gaaaaaaasss con esa!"... es el tipo de persona que, al menos en mi caso particular, lucharía por convertir en el hazmerreir de la reunión, si no es que trataría de hacerlo parecer un imbécil aceptando todas sus opiniones a pie juntillas buscando exclusivamente que se callara...

    ¡Matá a esa maldita loca, por favor!

    Un abrazote.

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  5. Un pelotudo importante.
    Qué bien que te gusta discutir con esa gente, seré que yo estoy vieja.
    Besos

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  6. A nooo, ese pibe es un idiota recibido con todos los honores!, que triste que haya gente que piense de esa forma. Es evidente que todavía no esta asumido, aunque el día que lo haga dudo que piense distinto. Ahí tenes un claro ejemplo de un engendro criado por una familia de heterosexuales...y después dicen que nosotros no podemos criar hijos...
    Muy bueno tu blog, y tu forma de pensar. Voy a seguir visitandote.
    Abrazo

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  7. Hola...!!! llegue a tu blog x un comentario q hiciste en otro blog...

    Me parecio muy ubicado tu forma de pensar... tanto q pense... este de rubio tendra mucho... pero de tarado no tiene nada...!!! jeeeee...

    Asi q te agregue en mi blog... para poder leerte cada vez q actualices... quedamos en contacto... chauuuuuuuuuuuuu...!!!

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  8. I can t believe it!!

    Eniguey, sos un turro, rubio. Ta bien que te guste discutir pero dejá al chico en paz un poco, sólo quiere integrarse.
    Aunque si realmente le copó el tema quizás hiciste bien.
    De todas formas, no creo que duren.

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  9. :-s creo que el chico es solo eso, un chico que lo que quiere es integrarse consigo mismo en primer lugar.

    A unos les lleva una vida para encontrar un nucleo central en su personalidad y a los más afortunados, que ya muy jóvenes "saben" lo que quieren y lo que piensan, incluso día con día cambian de opinión. ¿O a vos no te pasa?

    Yo creo que la diversidad de opiniones crea diversidad de situaciones y eso es amor hacia la vida.

    Suerte con tu nuevo amigo, si lo crees en serio, será tu mejor amigo alguna vez.

    Un beso desde el rincón o en el rincón.

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  10. Por favor!! J.E. Hoover, el mas represor de los gays, jefe del FBI de los años 50 del siglo pasado era gay!!! Hay un grupúsculo de gays que parecen disfrutar de reprimir a los demás.
    Es como si consideraran que lo suyo es una grave falta, que quieren evitar en otros.
    Pero ya pensar que de parejas gays se crían hijos gays es demasiado!!!!
    Too Much!
    Eso ni cerca ocurre. En los países CIVILIZADOS donde la gente gay adopta son gays en el mismo porcentaje que en el resto de la sociedad.
    Por otra parte, me gustaría recordar la mega violación de hijastras, e hijas por parte de padrastros y padres dentro de las "familias organizadas tradicionalmente, o de forma hetero"
    Tan grave es eso que una jueza, impulsada por su religión en el Gran Buenos Aires consideraba que la violación si quedaba en el seno familiar (hetero) no había que perseguirla...

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  11. Muuuuy bueno!

    Que pedazo de asno este muchacho! Cada palabra ya me comenzaba a latir la vena de la sien ... bueno se entiende que sea un pelmazo dado su origen y criaza (nota mental padres heterosexuales pueden criar homos imbeciles) pero en el fondo lo que el personaje padece es de una homofobia internalizada del tamaño del obelisco... habrá que colaborarle para enserñarle otros usos mmm tópicos del mismo.

    Un abrazo


    Quike

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  12. bueno che y este chico no se decide a donde va asi, por que dudas lo qeu sos? decile que sea el nomas y deje de hacerce el pelotudo, pero bueno no es tu novio, pero lo vas a tener que aguantar bastante si es novio de tu amigo, odio los noviode amigos rompe bolas... aaarrgggg hahaha

    besos blondo!

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  13. Ay, pobre Seba, no lo atosigues tanto, es chiquito todavía. Pensá que a uno le hacen un lavaje de cerebro desde que nacés respecto a lo "natural" y "antinatural", así que lleva unos cuantos años deshacerse de esos prejuicios. Te lo digo por experiencia propia...

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  14. Una de dos, o el pibe este cambia de opinión (tené en cuenta que recién está conociendo gente que se acepta tal cuál es) o se cerraja un tiro en la cabeza. Siempre pensé (por pura ignorancia) que los judíos eran más abierto que los católicos con este tema, pero parece que no. Muy bueno el blog es la primera vez que entro. Saludos

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